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El delantero Miroslav Klose, convertido en el máximo goleador en la historia de los Campeonatos del Mundo, se dijo ansioso por levantar la Copa de Campeón de Brasil 2014 y desquitarse de la decepción de Corea Japón 2002, cuando Alemania perdió la Final contra Brasil.
En aquella edición ya formaba parte de Alemania Klose. Entonces titular incuestionable. Ahora su papel cambió. Es un jugador de partidos y momentos. Y rinde, tal y como lo ha demostrado en Brasil 2014.
“Tenemos que dar todo el domingo. Yo sé lo que se siente perder una Final. Quiero levantar al aire la Copa. Queremos que el domingo se ponga la guinda al pastel y por fin llegue la coronación”, explicó el atacante del Lazio.
Klose, que acumula dieciséis goles en todos los Mundiales, solo piensa en Argentina como equipo. No en Messi como individualidad. “Nos centramos en Argentina. Esto es un juego de equipo. Messi es fantástico que puede decidir un partido por sí solo”, reconoció.
“El domingo intentaremos de nuevo poder sorprender. Va a ser un choque emocionante y táctico”, aventuró el atacante.
El delantero de Alemania asume su papel en la Selección. Ésa es la clave del equipo de Löw, donde el espíritu de equipo “es fantástico”.
“El espíritu de equipo es fantástico. Cada uno sabe cuál es su papel y los que no juegan o lo hacen menos también están preparados. Todo el mundo sabe lo que se necesita y eso, para mí, es el espíritu de equipo”, relató Klose.
“Disfruto cada momento que estoy en el campo. Cada momento con el equipo. Decidiré tras la final como reacciono ante la sensación de haber podido ser mi último partido. Será algo espontáneo”, concluyó.