Gacha la calavera de precisos municipales y diputeibols que han caminado en manos asesinas, les chismeo pues que en 16 meses se han echado al plato a cuatro presidentes municipales y un diputado local en Michoacán, cuyos crímenes no han sido castigados por la justicia hasta ahora, primero en noviembre del 2012 “jalaron” el cuerpo de la alcaldesa perredista de Tiquicheo, María Santos Gorrostieta, quien fue secuestrada y caminó por un golpe en la nuca, luego de dos atentados, en 2009 y 2010.
Luego el 5 de febrero de 2013, el encargado del despacho de la presidencia de Nahuatzen, el priista Wilfrido Flores Villa, fue acribillado en un restaurante de Pátzcuaro; después, el 11 de septiembre, corrió con la misma suerte el diputado local del PRD, Osvaldo Esquivel Lucatero, quien fue asesinado a machetazos mientras otorgaba una entrevista en la Salida a Pátzcuaro de la capital michoacana; el 7 noviembre del mismo año “jallaron” dentro de una camioneta sobre la carretera Acámbaro-Moroleón.
El cuerpo del alcalde del PT de Santa Ana Maya, Ignacio López Mendoza, cuya necropsia dictó la asfixia y traumatismo de cuello como las causas de su fallecimiento y pa’ terminar, el panista de Tanhuato, Gustavo Garibay García, a quien un comando fuertemente armado le quitaron la vida afuera de su casa el pasado sábado, con esto queda registro de los ataques a los servidores públicos a sabiendas que no distinguen fuerzas partidistas, como el chiste de la monjita “dijeron a todos” y pos le dan los malosos parejo a todos.
