En el país hay por lo menos 80 festivales de cine al año, pero el de Morelia, que mañana inaugura su edición número 10, se ha colocado como uno de los más importantes debido a su alcance y proyección, mismo que ha impulsado la carrera de jóvenes cineastas. En su creación, en 2003, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) sólo exhibía cortometrajes y documentales; sin embargo la calidad de los trabajos en competencia, así como los estrenos internacionales y los invitados especiales, hizo crecer el festival, por lo que en 2007 incluyó la terna de Ópera Prima.
Para Marina Stavenhaggen, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), el FICM no es un simple certamen de películas, sino la experiencia que dotará de herramientas a los que se inician en el séptimo arte. “Es la posibilidad de tocar a las nuevas generaciones de directores y productores para inspirarlos, pero también para dotarlos de las herramientas para que puedan hacer el mejor cine. “Morelia constituye desde luego una plataforma de lanzamiento y difusión del talento mexicano, y todos los que nos dedicamos al cine en México, les estamos muy agradecidos”, comparte.
El festival ha sido para algunos cineastas la oportunidad de que conozcan su trabajo en el extranjero; esto en gran medida por el convenio que el FICM firmó con el Festival de Cannes para proyectar los filmes ganadores de cada edición. Con el cortometraje Ver llover (que le dijeron en su escuela estaba mal filmado), Elisa Miller ganó en Morelia en 2006; al año siguiente lo presentó en Cannes y se llevó la Palma de Oro, para convertirse en la primera mujer mexicana con ese premio. En 2006 Amat Escalante también alcanzó fama mundial al ganar el Premio de la Crítica en Cannes con la cinta Sangre, que presentó en el FICM un año antes.
Pedro González Rubio se dio a conocer en 2009 como un cineasta que deambula entre la ficción y lo real con Alamar, que además de triunfar en el FICM obtuvo premios en los festivales de San Sebastián, España, Toulouse, Miami, Cuba y Rotterdam. “El objetivo principal del festival siempre ha sido el apoyar la labor de jóvenes realizadores”, opina Daniela Michel, directora del festival. El FICM cumple 10 años: nueve películas compiten y entre los asistentes de lujo se encuentran el iraní ganador de la Palma de Oro en Cannes, Abbas Kiarostami, y la directora Sally Potter.
