MSV.- El grito de Guadalajara en función de que la Iglesia les quitaba a nuestros niños la conciencia de país, sí lo dio Elías Calles, pero el que lo asentó finiquitando el caudillismo ya más sangriento, fue Cárdenas, porque Manuel Avila Camacho atenuó hacia un sutil liberalismo la educación de patria.
El Grito de Guadalajara creó pros y contras porque los Estados Unidos, como siempre, fue más anglicanismo que romano, pero es el caso que tanto Ilinois como Chicago donde se centró un catolicismo sólido, fuerte y rico, que quien bendijo las armas para la segunda guerra mundial, no fue un pastor, sino el Cardenal Spelman. Y de esa manera el cristerismo de México para ellos, pasó desapercibido.
Detenido, negociado o tolerado parte del cristerismo, ya Cárdenas teniendo en el liderazgo del poder legislativo a un jiquilpense de nombre Antonio Mayés Navarro, reformó, aunque de hecho creo el Artículo Tercero, donde nace ideológicamente la izquierda y la derecha y para que no se tuvieran dudas, el Partido Revolucionario Nacional, es promovido por un Partido Nacional Revolucionario que iría a entrelazar con el acercamiento a los préstamos del vecino para Alemán, con la entrega de un PRI de gobierno ya civilista, que deja atrás lo ocasional para ser institucional.
La forma en que el aferro a lo laico se inicia en Guadalajara con Calles, podría empezarse en Michoacán con Fausto en Puruarán, pero como dicen los periodistas que no le sacan lana a los funcionarios: no es vaca que de leche. La educación es Federal y si ahí por muchas elecciones fueron priístas, que cuesta volver a hacerlos, si por eso su ermita llegó a admitir de todos las entidades del país, asesinos, rateros, violadores, putas, madrotas, que bien cubrieron su cansancio social, con una esperanza de limpia religiosa, que hasta categoría humana les ha dotado.
No se puede dejar de admitir que en La Nueva Jerusalén, pasan cosas como en tantas sectas u organizaciones que se han formado para experimentar nuevos formatos de vida. Si aquí se consintió tal centro de población, fue porque en primer lugar su fundador fue coalcomanense y en segundo que los servicios que hicieron con tal de que sus habitantes se beneficiaran de protección, fue porque su disciplina era ser el nadie para formar otra negación social, basada en felicidad de imaginaciones, para ser otra y única nada, que solamente acatara mandos que le proporcionaran vestido, comida y vida, fuera su felicidad de disponer parte de la paz y felicidad que aquí proporcionalmente siempre se ha respirado, desde luego aceptando que la paz y la tranquilidad es para los que no andan en rollos de crimen y droga, nomás como dicen los que viven en Apatzingán, que cuando avisan que va a haber movimientos, no se sale de las casas. Y si ya se está en el trabajo, no andar de mitotero.
