Deportes – Grupo Diario de Morelia
Con más nerviosismo y sufrimiento de los que un equipo que tiene ventaja numérica en la cancha y que le sacó más de 12 puntos a su rival debería pasar, pero América se instaló en las Semifinales del Apertura 2013 al empatar 1-1 con Tigres (3-3 en el global), sacando ventaja de los dos goles que marcó como visitante, y mantiene vivo el sueño del Bicampeonato.
Por si hacía falta un poco más de tensión a la serie, América se encargó de ponerle el toque de incertidumbre antes de los 10 minutos por conducto de Sambueza y Jiménez, quienes tuvieron dos llegadas claras de gol; una fue a la tribuna con el marco abierto, y la otra se estrelló en la humanidad de Palos.
A partir de ahí, Tigres tomó confianza y con lobos como orquestados, además de Danilinho viniendo de atrás en un falso contención comenzó a tener jugadas que no terminaban con verdadero peligro pero que dejaban abierta la puerta y agradaban la incertidumbre.
Todo se vio aderezado con un par de decisiones de Marco Antonio Rodríguez en ambas áreas que dejó seguir cuando parecían faltas.
El letargo en el que cayó el final del primer tiempo contrastó con el comienzo del segundo. América no dejó escapar la primera que tuvo y le sacó mucho provecho a la banda derecha de los Tigres.
Miguel Layún desbordó a Dueñas y metió un centro que Jiménez remató de cabeza al tirarse de “palomita” y simplemente desviar el esférico para mandarlo abrir el marcador ante la algarabía del Azteca.
El carril izquierdo siguió siendo una avenida para las Águilas que minutos después del gol encontró Sambueza para encontrar una patada de Hugo Ayala que le costó la segunda amarilla y dejar a su equipo con 10 hombres y en desventaja.
Sin embargo, Layún que había sido el creador del gol de la ventaja se convirtió en el villano cuando no cortó un trazo largo de Palos tras un tiro de esquina de América y permitió que Pulido se pusiera mano a mano con Muñoz a quien fusiló para hallar la paridad.
Entonces el partido se volvió de un gol, aunque con los visitantes en desventaja numérica por la expulsión que habían sufrido.
Herrera mandó a la cancha a un Andrés Andrade que nunca terminó de enchufarse al partido y por momentos terminó siendo más dañino que lo que aportaba a su escuadra, mientras que Ferretti corrigió y sacó a un fundido Dueñas por el “Gringo” Torres.
Y entonces llegó la que Tigres había estado esperando. Layún perdió una pelota y le quedó una opción plena a Emanuel Villa, quien sacó un tiro raso y cruzado que se estrelló en la base del poste. Tigres era mucho más pese a tener un hombre menos en el terreno de juego, pero no encontró el ansiado gol y terminó eliminado.