Cada vez que acudes a una gasolinera para cargar combustible, tienes ante ti un escenario muy probable: que te roben al darte menos gasolina de la que estás pagando. Existen al menos tres formas, detectadas por las autoridades, para que tu auto reciba menos combustible.
1.- Los despachadores colocan la pistola en la boca del tanque, la pantalla del dispensario comienza a marcar los litros despachados, pero en realidad el combustible no cae, sino hasta pasados 12 segundos. 2.- Alterar electrónicamente el dispensario desde la consola de control volumétrico de las oficinas. 3.- “Se fue la luz” es un viejo truco para volver a poner la bomba en ceros.