Un incidente aparentemente trágico, protagonizado por una mujer primero en la Casa Blanca y luego frente al Congreso, parece un indicativo del grado de nerviosismo en que se encuentra la clase política estadounidense a raíz del cierre de gobierno y los debates entre los principales partidos.
Lo que se temió era un acto de terrorismo parece ahora un extraño incidente que fue escalando, quizás innecesariamente, para terminar en un tiroteo.
Por lo que sabe en este momento, una mujer que llevaba a una niña de menos de cinco años en el vehículo trató de entrar a la Casa Blanca por la ruta usada por funcionarios. Cuando un agente del Servicio Secreto le observó que retornara, al parecer trató de salir infructuosamente, momento en el cual el agente bloqueó la salida. La mujer, manejando un Infiniti, entonces logró evadirlo arremetiendo contra la barrera y aparentemente hiriendo al agente.
Las autoridades entonces emprendieron una persecución con múltiples vehículos policiales a lo largo de las doce cuadras entre la Casa Blanca y el Capitolio, a gran velocidad.
Ya cerca de la sede del Congreso hubo disparos, que según algunas fuentes eran parte de un tiroteo entre la mujer y la policía y según otras venían únicamente de la policía.
Testigos vieron a las autoridades remover a la conductora en una camilla y llevársela. Fuentes informaron que había muerto de sus heridas. Por su parte la niña quedó ilesa.