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* Necaxa, Querétaro y Pachuca vivieron la misma historia.
Este fin de semana, podría escribirse el sendero definitivo para la lucha por no descender, y Leones Negros tiene en su poder la posibilidad de mantener su nombre en el Máximo Circuito, o de entrar en la historia de una forma poco agradable.
En la historia moderna del balompié mexicano, solamente tres equipos no han logrado sostenerse en Primera División al año posterior de su llegada a lo más alto, y si Leones Negros no consigue un buen resultado ante La Franja, bien podría irse anotando como cuarto.
Necaxa, Querétaro y Pachuca, fueron los equipos que anteriormente no consiguieron echar huesos viejos en su regreso a Primera.
El cuadro de Aguascalientes fue el último en sufrir la historia del ascensor en el fútbol mexicano. Del 2009 al 2011 vivió la vergüenza de descender en dos ocasiones, con un regreso efímero en el 2010, pero de poco le sirvió.
Un club desatendido por sus dueños, desairado por su afición local en el centro del país y con resultados lamentables en los últimos años, lo mantienen en el Circuito de Plata, donde actualmente ya ganó el derecho de pelear por volver, al ser Campeón del pasado Apertura 2014.
Querétaro es otro equipo que ha padecido seriamente de constantes descensos. De hecho, hace poco sufrió uno que no saldó, gracias a la compra de la franquicia de Jaguares de Chiapas.
En la ciudad de los acueductos vieron cómo su equipo regresó del olvido de la Liga de Ascenso en el 2006, y a pesar de ser un equipo combativo y aguerrido, no cumplió con la famosa regla del “20/11”, es decir, no cumplió con el mínimo de minutos requeridos por la Liga, y como la regla la modificaron con el torneo ya en marcha, Querétaro fue el sacrificado.
En la década de los noventa, Pachuca fue el otro exponente que vivió un descenso inmediato a su vuelta a la élite del fútbol mexicano. En la temporada 1995-96 regresaron a Primera, pero Rafael Puente, José Yudica y Andrés Fassi pasaron por el banquillo sin evitar que a las primeras de cambio, los Tuzos dijeran adiós. Igual volvieron poco después, para comenzar a escribir su propia historia con letras de oro.
En las manos de Alfonso Sosa y sus jugadores está la posibilidad de evitar formar parte de esa ignominia en la historia de ascensos y descensos.