Es una pena como dice el encabezado que el Papa nos haya elegido como una ciudad sede de su visita a México y pena porque nos escogió por violentos,, por la inseguridad, por el narco, por la instabilidad que hemos tenido en los últimos años.
El Santo Padre escogió estratégicamente las ciudades, Chiapas por los indígenas, Juárez por migrantes, Ecatepec por la pobreza y Morelia por la inseguridad. Está fue decisión suya, ya que le quisieron imponer la agenda pero el terminó decidiéndola.
Pero ante todo lo malo, ya recibimos bendiciones de él y no es por haya estirado su mano y nos hay bendecido, sino porque en este Estado y esta ciudad que carecen de tanto, empezó la derrama económica de peregrinos, de visitantes y turistas. Se aprecia ya en las calles de nuestra ciudad la cantidad de personas foráneas. Por primera vez son personas que si vienen a gastar y no el clásico turista que viene a nuestras tierras, come y se va. Pero también ya se puede apreciar la gran cantidad de medios que vienen a cubrir el paso del mayor peregrino del mundo. Hay trabajo en toda la ciudad, todo lo están pintando, puliendo y arreglando, que para nosotros los habitantes nos quedará
Lo importante es que duren aquí, porque la mayoría de visitantes que podrá ver al Papa, serán peregrinos y no turistas, personas que no gastan, que lo verán pasar y se regresarán a sus casas.
Hay tener cuidado. Por lo mismo esta ciudad no está preparada para recibir a lo que se calcula cerca de un millón de visitantes, la región del bajío y el propio Estado surtirá los visitantes. Los Gobiernos Estatales y Municipales deben de estar conscientes que faltarán o fallarán servicios básicos, como son, baños, agua potable, áreas de descanso, transporte público y suficiente comida.
Para Morelia es el primer visitante VIP de toda su historia, nunca ha habido un personaje de tal envergadura. hay que saberlo aprovechar. Hay que dar una imagen única, una imagen de hospitalidad, una imagen de organización y una imagen de seres humanos.