Miguel Sánchez Vargas. La niña legisladora por un día que en la tribuna más alta del estado acaba de pedir que para el control demográfico se esterilicen a todos los matrimonios que tengan ya un par de niños, es la sabia solución para que este mundo no se autodeprede y en corto tiempo, porque una vez que los humanos han definido sus leyes de vida, más moral que material, no les queda otra que esta clase de salvación.
Si China dio paso atrás sobre su ley de un hijo por matrimonio y lo aumentó a dos, fue porque su infraestructura de vida es vasta y su ideología de existencia, se ha adaptado a los espacios en donde se desarrollan y en el resto de los países su intercompetencia humana se disloca de control. Por ejemplo en los Estados Unidos su cultura es alterable, pero conserva el interés porque su patria sea la mejor del mundo.
Los chinos son similares a los obreros japoneses, que sus huelgas no son para perjudicarse, sino para mejorarse incluyendo a los empresarios, los cuales en su mayoría forman parte de su misma sociedad y aquí en México, no es el espacio, sino el explotador que forma círculo de preferido: odio que ha crecido y que no se encuentra la manera de disminuirse siquiera.
En mismo Estados Unidos su capacidad profesional es mucho menor que la técnica, por el gran costo que representa ser profesional y se acepta, aquí no, porque estamos bañados de prerrogativas políticas, no materiales como en ese país, que si un joven se presenta a una empresa a querer trabajar porque le gusta su materia y le niegan el empleo, es su gobierno quien paga el importe del sueldo a la empresa para que se le otorgue el trabajo y le subsidie para su preparación que ahí se demanda, que debe pagar cuando la termine con el mismo trabajo.
Y aquí por ejemplo, si se logra una preparación, luego no hay donde desempeñarla. De tal forma que el control demográfico una vez logrado, puede darse el caso de que todos manueles o todos manolos.