Morelia, Mich.- En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la diputada Rosa María Molina Rojas lanzó un “ya basta” de tomar a las mujeres como objetos, pues resulta muy alarmante saber que las féminas que tienen entre 15 y 44 años de edad corren mayor riesgo de ser violentadas o maltratadas en casa, que sufrir cáncer, accidentes de vehículos, de acuerdo con las estadísticas mundiales.
Atentar contra la mujer, dijo la legisladora, no es sólo dañar su persona, sino a toda una familia y una población, porque sin duda hablar de mujeres es referirnos al núcleo de toda sociedad.
La diputada Molina Rojas destacó que las mujeres exigen respeto y que se les reconozca el valor que tienen como seres humanos, qué piensan y sienten, sobre todo que se valore todo lo que este grupo social aporta a la sociedad y a México.
Con relación al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se recuerda este 25 de noviembre, la diputada denunció que el maltrato a las mujeres ocurre en cualquier espacio a cualquier hora, pero se da más en las zonas rurales e indígenas de Michoacán y del país, donde no se respeta la dignidad de la mujer que mantiene la unidad de la familia.
“No se valora su trabajo, ni sus capacidades productivas, y se sigue creyendo que la condición femenina es solamente útil para ‘callar y obedecer’, sin hacer una valoración justa de todo lo que la mujer es, hace y representa”, agregó.
Expuso que “sabemos que la violencia es la conducta que de forma deliberada provoca o atenta un daño o sometimiento de cualquier índole sobre uno o más individuos”.
Conducta -continuó- que se agrava cuando se realiza muy comúnmente contra una de las fracciones más vulnerables de la sociedad, las mujeres y que se presenta en distintas formas, ya sea física, psicológica, sexual, económica y laboral entre otras.
Este es un mal que crece cada día más, pues está ligado a la pobreza, discriminación, falta de educación y salud, así como el machismo, entre otros factores que por desgracia afectan en mayor medida y de forma más marcada a las mujeres indígenas, a esa parte de la sociedad que sufre del olvido, falta de atención y procuración, deteriorando cada día más su salud y su forma de vida.
Recordó el origen histórico y los argumentos que tomó la Organización de la Naciones Unidas (ONU) considerando que fue en lo alto de la cordillera de República Dominicana, el 25 de noviembre de 1960, donde los testaferros del dictador Rafael Leónidas Trujillo actuaron, para acallar los gritos de libertad y cambio que estremecían el alma de su pueblo, mandando asesinar a las hermanas Mirabal (Minerva, Patria y María Teresa), sólo porque se habían puesto a la cabeza de un movimiento social, que demandaba con razón y legitimidad un régimen de libertades y derechos para todos.
El novelista y Premio Nobel de Literatura 2012, Mario Vargas Llosa, en su célebre obra titulada “La Fiesta del Chivo”, página 181, refiere el asesinato de las hermanas Mirabal y del chofer que las conducía, cuando regresaban de visitar a algunos presos de la dictadura en la Fortaleza de Puerto Plata.
Sobre el tema, Mario Vargas Llosa escribió que “toda la República Dominicana se enteró de aquella matanza de la manera veloz y misteriosa en que las noticias circulaban de boca en boca y de casa en casa, y en pocas horas llegaban a las extremidades más remotas, aunque no apareciera una sola línea en la prensa, y muchas veces aquellas noticias transmitidas por el tam tam humano se coloreaban o agigantaban en el recorrido hasta volverse mitos, leyendas o ficciones…”
Es importante señalar que ningún ser humano tiene derecho a violentar la integridad de otro, ni en nombre de una supuesta superioridad física ni en razón de una ideología cultural.
Según cifras del INEGI, a finales del 2006, el mayor porcentaje de mujeres violentadas por su pareja, tanto como por un familiar, se da en el rango de 15 a 29 años, mientras que el 5.8 por ciento de las mujeres en Michoacán han padecido violencia extrema en espacios comunitarios, que de igual forma se da en el hogar y fuera de él, en espacios públicos y privados.