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* Guadalajara fue quien dominó el partido, pero el gol lo hizo Atlas.
* Atlas se consolida como segundo general, con 24 puntos.
Atlas aplicó una de las grandes máximas en encuentros de rivalidad enconada: los Clásicos no son para jugarse bien, sino para ganarse. Así lo aplicó en el Estadio Omnilife ante el Guadalajara que tuvo más tiempo la pelota, dominó el encuentro, pero los tres puntos se los llevaron los Rojinegros.
Atlas logró imponer su jerarquía en este torneo, se consolidó en la segunda posición de la clasificación general, con 24 puntos, y hundió al Guadalajara en el torneo, que de poco le sirvió la inyección de coraje que intentó aplicar Ramón Morales desde la dirección técnica como interino.
Desde el arranque del encuentro, el dominio fue asumido por el equipo local, que tocó la puerta de forma tímida en un par de ocasiones.
Ramón Morales logró infundir en su equipo, la energía que se necesita para competir en un Clásico. Chivas tuvo coraje y determinación, pero poca claridad en el inicio del encuentro.
La pelota fue caprichosa. A pesar de que Guadalajara dominó a placer durante poco más de veinte minutos a placer a los Rojinegros, el Zorro se puso adelante en el marcador.
Tras el cobro de un tiro de esquina, en el minuto 24’, Arturo Alfonso González tomó la pelota, metió un centro a segundo poste desde la izquierda, y apareció Enrique Pérez para meter un sólido testarazo cruzado, que se metió en el ángulo superior izquierdo de José Antonio Rodríguez. El dominio fue de Chivas en la primera mitad, pero la ventaja fue para el Rojinegro.
Chivas tuvo un par de ocasiones más, en pelota detenida. El Rebaño evidenció las carencias defensivas de la zaga de los visitantes, tras remates de Pereira y Fierro, que pasaron apenas a un costado.
En el final de la parte inicial se armó la polémica, luego de que Ángel Reyna se “avivó”, al recuperar una pelota cuando sus compañeros de Chivas la devolvían, en un acto de Fair Play; Reyna generó una ocasión de peligro que Bravo remató desviado del arco. Se armó la “melé” de los jugadores de Atlas, en reclamo por dicho “madruguete”.
En la parte complementaria, Atlas se apegó al mismo “librito”. Entregó el dominio de la pelota y el terreno al dueño de casa, que intentó por diferentes medios, pero nunca lograron poner en riesgo el arco defendido por Federico Vilar.
Atlas intentó herir en jugadas de contragolpe, pero desperdició las que pudieron ir al fondo de las redes por parte de Aldo Leao y Arturo Alfonso González.
Los Rojinegros se quedaron sin su técnico, Tomás Boy, quien fue expulsado en la parte complementaria por el árbitro César Arturo Ramos, al protestar una falta en la mitad de la cancha.
Sin ser mejores en el trámite del encuentro, Atlas impuso sus condiciones, y se adueñó del Clásico Tapatío, amargándole a la gente del Rebaño la tarde y la recta final del torneo.