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El suspender un partido en el futbol Mexicano es algo inusual. A lo largo de la historia se encuentran casos aislados en donde el común denominador de estos es que tiene que pasar algo verdaderamente extremo para decidirlo no jugar.
Los factores de suspensión han ido desde las condiciones climatológicas, el terreno de juego y hasta la seguridad de los propios futbolistas.
El Rayados ante Chivas en este Apertura 2014 es el ejemplo más reciente en donde previo al cotejo en la Sultana del Norte había caído mucha lluvia, a la hora del juego seguía la tempestad, la cancha estaba afectada y pese a que las condiciones no estaban para iniciar el partido así se hizo hasta que Hiram Mier se lesionó y justo ahí decidieron parar pues era imposible jugar.
Cuatro años atrás tocó suspender un juego entre Tigres y Chivas en el “Volcán”, partido en donde el factor lluvia pegó fuerte; el juego se efectuó un día después y el marcador fue empate a un gol.
Debido a Tláloc, el Dios de la lluvia otro juego cancelado por unos días fue el Necaxa contra Morelia en el Apertura 2006; el partido fue reanudado al minuto 40 del primer tiempo, el resultado era empate y al final terminó con triunfo del Morelia.
No sólo las lluvias han pegado al futbol sino otros factores sumamente externos como lo fue en el 2011 en el Santos contra Morelia, juego que tuvo que ser aplazado pues a las afueras del Territorio Santos Modelo se presentó una balacera.
En 1981 se dio otra suspensión por un hecho lamentable; Chivas se dirigía a Puebla y pasó la tragedia; el camión que iba rumbo al partido tuvo un percance y derivó en el fallecimiento de Pepito Martínez; el juego se efectuó un mes después y quedó empatado a un tanto.
Entre los paros de partidos de épocas de antaño existió un juego amistoso entre Tigres y Monterrey en 1985, cotejo que sólo duró 7 minutos y jamás se volvió a reanudar, dado que era de carácter amistoso, aunque el término fue al final inexistente al desatarse una gran batalla campal en donde Bahía salió en camilla producto de los golpes, y donde el también rayado Rafael ‘Jalapa’ Ortega terminó con la ceja rota y un ojo hinchado.
Otra suspensión pasó en el Clásico Regio 31. En la campaña 1986-87, el ‘Abuelo’ Cruz y Francisco Sánchez se lidiaron a golpes, abandonaron la cancha para seguir, al juego le faltaban seis minutos, estaba 2-1 a favor de los Tigres, el árbitro decretó el final, redactó abandonó de cancha y le quitó el gol a Rayados por reglamento, ganando los felinos en la mesa por 2-0.