El papa Francisco reformó los procedimientos de la Iglesia católica para anular los matrimonios, una decisión esperada por muchas parejas en todo el mundo que se divorciaron y volvieron a casar. El Vaticano dijo que el papa ha escrito un documento llamado Motu Proprio, «por propia iniciativa» en latín, que cambia la manera en que los católicos pueden conseguir las anulaciones. Una anulación, llamada formalmente «decreto de nulidad», es un dictamen de que un matrimonio no es válido según la ley eclesiástica debido a la ausencia de ciertos prerrequisitos, como propia voluntad, madurez psicológica y apertura a tener niños. La Iglesia, con 1,200 millones de fieles, no reconoce el divorcio. Considera a los católicos que se divorcian y se vuelven a casar en ceremonias civiles como aún casados con su primera pareja y viviendo en pecado. Esto les impide recibir sacramentos como la comunión.