Para ser una vez diputado que en la tribuna más alta del estado dijo que “todos somos corruptos y que ello empieza de arriba no de abajo porque ahí ni poder ni dinero”, hace pensar en la recalificación de igualarlo con los dos mejores portadores del sí gracioso y el no convencivo, que por cierto tratamos con una gran discreción: Norberto Vega y Margarito Antúnez, dos políticos no escolarizados, pero sí doctorados en la lid de la política, que sabían el por qué de las cosas, tal y como está resultando el que nuevamente es presidente municipal de Tarímbaro.
El reciente que se nos ha adelantado a dar los buenos días a la muerte y que fuera edil de ese municipio entonces pobre, en el tiempo de los arrojos del “chupacañas Luis Martínez Villicaña, que como Gaona: las cantidades que motivaron una deshabilitación de derechos, están ahí y hasta con grandes ahorros. Así Pablo Izquierdo que de nueve aforos, con el mismo dinero, pero sin esperar autorización oficial alguna, alcanzó a dejar 16 y como nadie agradece nada, se decepcionó de la política porque tampoco reconocen nada que mejor se hizo ingeniero, y alcanzó jubilación tanto de Salubridad como de la docencia privada, en un chiste de mesa contó que Don Balta, había aceptado en forma graciosa del primer asalto que tuvo la gasolinera de Cuitzeo, haber sido el autor de cometer esa travesura, cuando era un jovencillo y si desde entonces había cometido su primer gracia, imagínese lo que ha hecho en tanto tiempo que tiene de vida, trabajando, aportando hasta para los chiclets de los que les gusta tener en movimiento la mandíbula.
Decir que es un político con ángel, es pretender como tantos que lo entrevistan y luego le cantan su utilidad, sería el pretenso del chayo que tan popular ha vuelto a resonar, con eso de que este gobierno no tiene con qué y a quienes favorece solamente arañan lo común sin aspirar a un crecimiento o engrandecimiento de la imagen que en esta lid, siempre debe mantener un político.