M. Sánchez Vargas. El zika nos está poniendo de rodillas, porque no cualquier mujer podrá tener hijos, ya que el virus que perjudica al producto del vientre se impone como oportunidad de que se pueda llegar a nivelar la demografía humana, y si todos vamos a portar el famoso virus, las mujeres no van a querer embarazarse y menos ya después de las locuras de la juventud.
La verdad es que para las fisiologías sexuales, la educación es limitada y actualmente es difícil de controlarse, supuesto que lo que se persigue no tiene lo circunstanciado, que propiciara o siquiera permitiera desarrollarse sin acosos directos.
El zika no mata, nomás desgracia a tal grado que –se publica, no se muestra-, que como sus consecuencias aparecen en la adolescencia, se teme que exista la necesidad de internarse en un centro de atención siquiátrico, a sabiendas que teniendo la mayoría de los síndromes, nunca va a tener salud completa.
La naturaleza cuando necesita algo no prepara, actúa y esto del zika, puede ser porque ya somos muchos, que por la buena no queremos encontrar la medida de cómo podemos ser los convenientes; asi hay ocasiones en que abundan las moscas, pero es, según la ciencia, que se sitúan porque están cumpliendo alguna misión de la naturaleza.
Ya el bosón de Higgs cuando se transporta a lo espiritual, hasta los científicos le llaman partícula de Dios, porque es algo como dice San Agustín de Hipona: que se dimensiona hacia la infinitividad, de ahí que con Santo Tomás de Aquino, indican en sus comunicados ya estar frente a dos eslabones que todavía nadie une.
