m.s.v. La verdad es que la tortura no estaba tipificada, porque era el mismo Poder Judicial, quien comúnmente la usaba para arrancarle medio ahogando o casi asfixiando al indiciado, todo lo que más podía lograr y como firmaba atarantado, hacía lo que le decían que hiciera, aunque después promoviera haber firmado en estado inconveniente.
Lo anterior es lo más común de todo caso que llega a las manos judiciales, porque también, por la buena, nadie confiesa nada. Igual que cuando uno entre a los centros penitenciarios, no encuentra usted ninguno que diga que él sí cometió el delito de que se le acusa.
Por parte de los que tienen que seguir trabajando, dicen que eso es lo de menos, que es cuestión de encapucharse y asunto terminado, que al fin las preguntas que se hacen, ya las están haciendo los que saben hacerlo para que los mismo cacheteado, no tengan salida ni escapatoria en caer.
Que para que prospere su trabajo judicial, debe estar siempre un abogado, pero es el caso que un 25 %, no lo permite y esa prerrogativa no se ha puesto en práctica, porque generalmente los detenidos ya saben por la que van a pasar, mientras que otros, como está tan cara la vida, no hay trabajo ni empleo, mas que la conversión abierta y atractiva para entrar a las entregas de droga y si le sabe a las armas, los actuales jefes de grupo en esta entidad, pagan a cualquiera que se juega la vida, cerca de lo25 mil pesos mensuales y si es bien visto y tiene el aspecto de útil, hasta le adelantan tres meses para que su familia ya sepa en lo que anda y no tenga que andarlo buscando.
Esa es la triste realidad…