Según los cincuenta lineamientos que presento el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador dentro de su programa de austeridad, asegura que se recortará un 70% a todo el personal de confianza del Gobierno y se reducirá el 70% de los gastos en ese mismo rubro.
Buena iniciativa, muchos despidos, pero buena iniciativa, para acabar con la mayoría de los abusivos, pero, si empieza a reducir los gastos a diestra y siniestra, yo espero que no se los asignen a los sindicatos, ya sea de maestros, de salud, de empleados federales, etc.. Esto significa que si a va a haber recortes sea para todos parejos, porque si no, esto no sirve para nada.
Además, los primeros en brincar serán los sindicatos, empezarán las marchas y vendrán los problemas de bloqueos y paro de labores. Si el pueblo voto por el y trae tantas ganas, el piso debe de ser parejo para todos habitantes, sin importar a que gremio pertenezca.
Y todo esto, es por el tema de que los que más se aprovechan del presupuesto público son los sindicatos mismos. Lo hemos visto y lo estamos viendo, sindicatos tan poderosos como el petrolero, el de los maestros, el de los funcionarios públicos, etc., ellos son los que más le sacan provecho a este tipo de situaciones, abusan de una manera increíble, por lo tanto, al primero que se le debe de cuidar, es a todo este tipo de agrupación laborales.
Pero si el Presidente electo quiere de verdad parar los abusos, dentro de sus cincuenta puntos debería haber uno más y este debería ser el control de todo sindicato en el país, ya sea de empresas o público y con esto quiere decir, debería reportar toda transacción económica, todo movimiento en sus juntas y debería haber una regularización exhaustiva de control, algo así como se controlan a los bancos, pero en lugar de que sea dinero, que sea personas.
