Después de años de patrocinio para evitar la construcción de una obra vital como lo es, el Ramal Camelinas, por parte de uno de los grupos corporativos más grande de México, no se pudo hacer nada y esta obra se convirtió en una realidad. Por mucho que digan que destruyó en medio ambiente, por mucho que digan que es insegura, por mucho que digan que puede ser afectada por sismos, lo hecho, hecho está y los pobres mendigos de la organización «Defensa de la Loma», que se sienten ambientalistas se les acabo el veinte.
La obra sea lo que sea, es necesaria, la circulación por otras vía era imposible y mucho más insegura, ahora le dará libertad a un sin número significativo de vehículos ya que ahora el tiempo de su traslado será rápido. El simple hecho de poder conectar la zona de 3 Marías con Altozano es un beneficio enrome, es darle vida a a nueva zona, es darle vida a la economía moreliana.
Pero lo importante aquí es que usted note que fue lo que pasó y como la mayoría de los mortales, es decir, los habitantes de esta ciudad dependemos de los berrinchitos de los magnates y ricachones de esta urbe. Esta pelea que sostuvieron los Ramírez y en específico Enrique Ramírez Villalón con Francisco Medina por el poder de la inversión y dinero de la ciudad, es la que demuestra que estos grupos solamente han abusado de la sociedad moreliana.
El que este señor que tuvo suerte porque su padre se robó el cine Río 70 de un americano y que le dio la oportunidad de empezar un negocio tan lucrativo, no le da derecho a hacer con la ciudad lo que se plazca. El haber patrocinado a este grupo disque protector del ambiente, y disque, porque no ha protegido ninguna otra zona de la ciudad, como lo fue la falda del Quinceo o la Presa Cointzio o el río Chiquito, solamente se enfoco en lo que le pagaban, no dejar que hubiera o se creara un acceso nuevo y de primer mundo a la zona comercial de Altozano, para que el señor Medina no ganara y los Ramírez a través de sus plazas comerciales no se vieran afectadas.
Ahora para los defensores de la loma no les queda más que convencer a otro grupo para les siga pagando sus marchas, sus movimientos y sobre todo sus pendejadas. Felicidades para Morelia una ciudad que necesita crecimiento e inversión.