Leí una nota la semana pasada del líder o encargado de despacho de Morena, en donde se expresaba, que si no había más perfiles y me puse a pensar, es cierto, el señor gobernador ya no tiene gente que le ayude, aunque muchos quisieran estar en la silla para ver que se llevan, la verdad es no hay ya nada que llevarse o embolsarse.
Para empezar la situación financiera y como pinta para los próximos meses y años es muy desalentadora, básicamente no hay dinero, pero nada y para nadie, los recortes serán cada vez grandes y la relación con la federación no ayuda, por mucho que digan y se besen. Entonces muchos pensarían para que quemo, mejor me espero tantito a que esto se componga y después vemos, pero la verdad es que para que se recupere el Estado falta un verdadero milagro y con eso de la austeridad franciscana, pues menos.
El PRD se está desboronando y el último bastión del mismo igual, Michoacán es el último Estado que le queda al partido y en él, el que manda es el equipo de Silvano. Su equipo principal que consta de varias personas, entre ellos Adrián López. Pasucal Sigala, Carlos Maldonado, Antonio García Conejo, se les puesto estratégicamente en otros puestos para que le ayuden a gobernar, pero como se ve y por circunstancias del destino, ya no le queda nadie. Este movimiento que hizo la semana pasada es una patada de ahogado, traer a un presidente municipal para atender la Secretaría de Gobierno es un movimiento desesperado, porque ya no le tuvo confianza a nadie de las personas con las que trabaja día a día, y mover a ex procurador a la secretaria de seguridad publica, es seguir cargando con un karma innecesario, un karma de corrupción y poder que inicio el virrey, el ahora extinto director de CONADE, Alfredo Castillo.
Tuvieron razón los señores de Morena en criticar los movimientos que hizo, pero es que ya no le queda de otra, el resto no sirve para nada, solamente son fieles aduladores que buscan seguir royendo el huesito que les dio para entretenerse.
Lo peor de todo es que los ciudadanos de este hermoso Estado, que no vienen tiempos buenos, sino inciertos y con mucha incertidumbre, pobre de nuestro Estado, no les quedará de otra.
Para acabarla, le falta mucho tiempo y tendrá que apretar a los que le quedan y hacerlos eficientes, pero yo no le veo profesionalismo a nadie y mucho menos preparación.