Nadie sabe porque, nadie supo a qué horas y nadie escuchó ni madres, el chiste es que de todas formas los mismos vecinos chismosos le dieron parte a la tecolotiza de que en dicha vecindad, habían escuchado disparos, contaron que estaba el cuerpo inerte de un hombre, con un chingo de agujeros de más y siguieron contando que a lo mejor ya había pelado gallo porque se le estaba saliendo mucho jugo de la vida mejor conocido como sangre y recontaron que el ahora morido vivía mero en el lugar en donde le dieron pa’ dentro es decir le dieron su pase pa’l otro mundo.
Lo bueno es que los chismosos no sabían ni madres verdad, en fin el chisme se los cuento como va, me estaba aventando el mañanero cuando mi secretaria me llamó por el interpone diciendo que se había registrado una balacera en Tres Puentes de esta ciudad por lo que en chinga me salí como Superman, no volando sino con los calzones puestos arriba del pantalón de la mendiga prisa, al llegar ya mero se llevaban al muertito y ni siquiera dejaron tomarle una foto porque pos los peritos y tecolotes son muy culeros, en fin, no hay fotos solo la nota de ocho columnas.
Se supo pues que el ahora dijunto, muerto ya fallecidos se llamó en vida, José César Covarrubias Sandoval mismo que tenía su chante justo en donde murió y que en la vivienda marcada con el número 77, de la calle Ciénaga, en dicho barrio del Poniente de la capital michoacana y que a las ocho y media de la madrugada de este día, el ahora dijunto estaba en la puerta de su chante cuando de repente le mandaron una ración de candente plomo, cinco plomazos recibió el ahora occisos y con esos cinco tuvo para colgar los tenis, hasta el cierre de esta edición se desconocen los motivos del crimen
