…como cuando el líder llora porque lo van a correr
MSV.- Personalmente a mi tocó observar cómo un líder ante el altar lloraba todo compungido, porque le habían dicho que ni él ni su recomendado les quedaba derecho alguno para seguir en la Unión de Mariachis Guadalupanos, porque sus compañeros llegaban a la conclusión de que jamás pondría el kilo de carnitas prometido, cuando de cada semana religiosamente recogía la cuota para la administración que ejercía.
La forma de pedir –no me dí cuenta a qué santo-, le decía que si seguía adelante, el kilo de carnitas sería para su fiesta, no para gorrones, porque sentía que portaba esa bendición, ya que parte de lo que recogía algo llevaba a la iglesia.
Juan Velasco Vargas, el padre del actual que hoy dirige los sindicatos de transportistas de la CTM que queda, era de los que tenía estampas por doquier; en su cartera eran más oraciones que billetes y cuidado, porque era de los pocos que la central le fiaba hasta años de cuotas sin que no abonara nada, porque como Michoacán tan político, lo hacía gastar mucho, al grado que para que recuerde, es la única entidad que un gobernador de nombre Luis Martínez Villicaña, le creó su día en el mes de la patria, con el propósito de que llegara a ser fecha nacional, porque dinero ya empezaba a haber por las obras de Sicartsa, que hizo representantes laborales potadores de millones para que el día de Fidel Velázquez y las oficinas de la CTM lucieran siempre con flores; bueno, con pensar tan sólo que en tiempo cuando no había tanta demanda ni problemas con la ecología, la CTM compró la fábrica más importante de bicicletas, no pensando que un día, podría vender por ley una a cada trabajador.
Como estamos en tiempos de la transparencia sindical, ya la Iglesia hasta metió su cuchara, porque en realidad, si dicen los líderes que esa religión debe pagar impuestos, es porque cuando un líder está en el poder, ni de Dios se acuerda, sino solamente cuando ya lo quieren esculcar, y es que empleados y obreros saben que los sindicatos, sí son vacas chichonas que dan muy buena leche, que hasta consultan al cura porque se les oye que los líderes no son gente que cooperen ni menos que den limosna y como es el sacerdote quien domina espiritualmente al que fácil con sólo consentir están permitiendo que los echen, el trabajador lo menos que hace es hacer imagen de rechazo, porque de que son unos vividores, que tienen que estar bien y refugiarse con su partido y con la gente de garganta que que bien que les gritan sus vivas.
Como en un mitin político, que alquilan siempre al que más aplaude aunque no a su mesa le lleven la niña y a los más gritones no siempre su matraca porque con el vocerrón que lucen, que a cualquier actor vienen callando.
De estos dos dimes y diretes, no va a pasar a más, porque los mismo curas saben que el obrero siempre le pone a la charola y los dirigentes sindicales, entienden que en México, nadamás hay una conciencia religiosa: la Virgen de Gudalupe, a la que solamente no le llevan las mañanitas, sino coronas y flores, y quien les recibe, les bendice con agua bendita y eso sí, su dirigente por delante y de rodillas agradeciendo.
Empero, todo es un valor entendido, estando como aquel periodista que cuando le pasan la charola para la limosna, él enseñan la credencial de prensa.
Pero, las limosnas no es lo fuerte, sino todos los que mueren que a la Iglesia le dejan sus bienes, con la ilusión de que completan sus indulgencias para salvar su alma..
También, no hay que olvidar, que la Iglesia va hacia abajo, con eso de la pederastia y pedofilia que ya pareciera el innatural abuso de marañones que saben que los niños no denuncian, porque bien que se aguantan, como aquellos dos hermanos que paran a un señor para preguntarle: ¿verdad que los hombres no pueden tener hijos? y a la contestación de no, la hábil respuesta, ¿ya ves? entonces para qué lloras.