A 19 días de la desaparición forzada del sacerdote católico Santiago Álvarez, entre los municipios de Jacona y Jiquilpan, la Procuraduría de Justicia de Michoacán, se encuentra sin pistas para su localización y estancadas las pesquisas.
El clérigo, oriundo del poblado Paredones, en el municipio de Jiquilpan, acudió el pasado 27 de diciembre desde su lugar de origen, donde es titular de la parroquia local, a realizar una ceremonia litúrgica al Seminario de Jacona, aproximadamente a 40 kilómetros de distancia. Luego del evento religioso, el sacerdote se despidió de sus compañeros y feligreses para abordar su automóvil y regresar a Paredones, donde pasaría los festejos de fin de año con su madre y demás familia.
Fue en el transcurso de Jacona al poblado de Paredones, en el municipio de Jiquilpan, donde desapareció el párroco y al notar que no llegaba a su destino, los familiares comenzaron a buscarlo, preguntando primero en el Seminario de Jacona, donde les informaron la hora en que salió Santiago Álvarez. La formal denuncia de la desaparición del sacerdote fue interpuesta en la subprocuraduría regional de Zamora, donde el titular Raúl Miranda Valencia, solamente informa desde el primer día de la desaparición que “se está investigando”.
Las únicas diligencias que se conocieron de la autoridad ministerial, fueron en el recorrido que realizaron por el camino de Jacona a Paredones, reportando que no se había registrado ningún accidente automovilístico.
Ante la presión de los familiares y la jerarquía católica de Michoacán, cuyo arzobispo es Alberto Suárez Inda, a las investigaciones para dar con el paradero del cura Santiago Álvarez, se sumó el Grupo Antisecuestros, de la Procuraduría de Justicia de Michoacán, sin obtener resultados.
A 17 días de la desaparición de Santiago Alvarez, las autoridades de Michoacán, se encuentran sin pistas y sin avanzar en el esclarecimiento. Cabe mencionar que es la primera ocasión de la desaparición en esas condiciones de un clérigo en Michoacán.