MSV.- Quien está pensando que la autorización para nuevos impuestos, es para conseguir simpatías, se olvida, que todo propósito social que lastima, requiere de una estrategia para que pueda ser no solamente no protestada, sino cumplida.
El hecho de que ya se esté acordando entre los partidos políticos que no haya pues IVA para las rentas de inmuebles y las colegiaturas de la enseñanza privada, por lujosa que sea, es para satisfacer a los que precisamente están armando la nueva Ley Fiscal, pero parcialmente para comprobar que este gobierno de esa manera, empezaría a emparejar las condiciones económicas entre pobres y ricos. Que eso no sucederá nunca, pero inteligentemente como se dice popularmente: el fiel de la balanza vaya regresando al sitio donde la diferencia de vida, no sea tan marcada para decir, tal como se nos califica en el exterior: país de pobres y no solamente eso, sino que al querer sin saber ni tener las capacidades de una competencia con bases, nos cueste estar en primera fuerza de las economías mundiales, en lugar de sacar algún provecho cuando menos por lo que ven que tenemos.
Y eso, porque nos creemos capaces de contar con los recursos de producción, cuando apenas estamos en el paso de preparación y que si tenemos admisión, es porque estamos en los primeros territorios de poseer energéticos que por mucho tiempo todavía van a tener demanda. Además, nuestra situación, es de privilegio, tanto por nuestra geografía, como el lugar que ante la naturaleza de este planeta, nos otorga el universo.
Si entendemos que la reforma hacendaria no es precisamente para un específico aumento de impuestos, sino para que la también nueva reforma energética, tenga las amplias condiciones de que su desarrollo no sea exclusivo de industria, sino que esparza hacia sectores que quieren ver que los resultados entren en la proporción debida, por las puertas de sus hogares, eso, ¡eso es lo que se requiere! y según el Presidente de México, que desde países asiáticos, ha declarado que aunque deteriora pretender tal cambio, se logrará. Porque no al parecer, sino que hay coincidencias, de que es un interés común, no como lo del pago por las colegiaturas de las enseñanzas privadas, pero bueno, cada quien defiende sus intereses y si los que tienen recursos para contribuir al gasto nacional de la educación no lo estiman conveniente, es porque tal obligación es de estado, no de particulares.
Aunque en esta otra coincidencia social, política y hasta de religión, es de que todos sabemos que para poder producir y competir en el mundo, se precisa de una educación que esté presente en mercados internacionales, que produzca lo que en el orbe se consume y no solamente tenga a ricos para que sus hijos se eduquen en el extranjero y regresen a que sus familias inviertan, o trabajen para que otros capitales les vengan a reforzar sus intenciones de aprovechar lo que aquí se tiene y no se tenga que importar para transformarse, porque para todos es del conocimiento que México es un simple vendedor de materias primas, hasta ahora.
