MSV.- Nadie quien haya apoyado a un candidato, física o económicamente, si gana, le deja de insinuar que quiere un pedacito o pedazote de pastel legal o ilegalmente. Y no por costumbre, sino que cuando se invierte en alguien, es con la esperanza de que sacar algo, ya sea una concesión, una recomendación, un trabajo, de donde pueda reponer lo que dejó de ganar o simplemente que si su candidato triunfó, también a él se le note que su decisión, que tuvo que concursar con quienes animó a que votaran a favor fue porque creó compromisos.
El problema que se dice que ya se aclaró de Salubridad, qué bueno, pero la realidad es que esa parte de gobierno siempre ha sido así, si es por donde se ayuda a quienes en algo contribuyeron. Las licitaciones son y siempre han sido, la demagogia legal de quien gobierna.
Que se concursan las compras, sí, debe de hacerse, pero las compras gordas, son para los que tienen relación de causa o están dentro de lo que se dice pago de servicios.
Siendo asesor de gobierno y habiendo sido muy descarado que un impresor muy cuate de Toño Gálvez lo prefería, fue porque durante la campaña electoral del licenciado Carlos Gálvez, lo tuvo a su disposición, creando una fuerte inconformidad a las doscientas modestas e importantes empresas de impresión que entonces había en Morelia, que el que escribe le tuvo que implementar al Lic José Servando -, quien llegó a gobernador sin compromisos menores-, que se le tuvo que implementar un programa de no solamente llevarles trabajo a impresores marginados, sino de adelantarles para que compraran el material. De esa forma, volvió y se acrecentó la simpatía hacia quien atendiendo a sectores de servicios o producción casi similarmente, el licenciado José Servando, que al final de su responsabilidad se le regresaban a su tesorería los cheques por falta de fondos, no le nacieron presiones como ahora son a diario y por doquier, pese a que se publicó que cuando apedrearon a Melchor Díaz Rubio que logró llevar a nuestra Universidad Michoacana a López Portillo, que al subirse al camión el gobernador le pidió audiencia porque no lo recibía y la contestación fue muy despectiva: sí gobernador, pero por los conductos debidos.
Así que este mitote de las licitaciones en Salubridad, es natural, pero exagerado, porque el que está como director, ni político es, como para saber mocharse o “arrimarle” a quien necesita. Lo que pasa es que en esas posiciones debe estar gente que entienda señales y sepa cómo. Por lo demás, quien debía quejarse, es el mismo que escribe, que por algunos tiempos sostuvo en parte los dos medios de información donde todavía está como director aunque ya haya heredado, por qué, porque aunque se tenga calidad, muchas dependencias dicen que trabajan con Guadalajara o Monterrey, porque sus precios por mayores cantidades, son mejores y no tan tardadas, aunque el licenciado Vallejo siempre compró localmente para reactivar la economía.
¡Ahhh! pero si hubiese alguna recomendación… ya usted sabrá, más si como dije, tenemos calidad en imprimir…