* Con el fin de la temporada invernal, la recuperación de la producción comienza a principios de marzo, lo que estabilizará los precios de los productos agrícolas de la canasta básica.
Gracias a que se triplicó el presupuesto en este año para el sector agrícola, se incrementarán los apoyos en la entrega de semilla mejorada, fertilizante y biofertilizante, entre otros, lo que permitirá que los productores adquieran los insumos a bajo precio, y vean incrementadas sus ganancias, así como en la disminución de costos de producción, aseguró el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Ramón Cano Vega.
En este sentido, el secretario recordó que desde tiempos ancestrales, en la época invernal biológicamente los productos agrícolas disminuyen su producción, debido a las bajas temperaturas y a la poca disponibilidad de agua, aunado a esto, la alta demanda por la gran cantidad de fiestas, desemboca en el alza de los precios.
“La época de invierno es la de mayor demanda de productos frescos y procesados y al mismo tiempo es la época de manera natural biológica, de menor producción”, enfatizó.
Abundó que esta condición sucede todos los años en la época invernal, normalmente al principio con la baja de temperatura y porque en el país solamente hay agricultura donde existe riego y, por ende, la mayor parte de los productos agrícolas escasean.
Hablando en términos de mercado -agregó- es la temporada de mayor número de fiestas en el año, por lo que aumenta la demanda para todos los productos y por principio o ley, cuando aumenta la demanda, suben los precios.
Puso como ejemplo el caso de la guayaba en Michoacán, que todo el año se mantiene en precio promedio y es en diciembre y principios de enero cuando sube el costo de ésta, al presentar una gran demanda en la preparación de diversos platillos y bebidas propias de la temporada, como el ponche.
Otro ejemplo son los elotes, cuya producción en esta temporada es muy escasa por las condiciones climáticas y porque sólo las áreas de riego lo siembran, no obstante esas hectáreas son utilizadas en estos meses para cultivos más rentables o frutales, que es a donde se va la mayor parte del agua en el estado. Esta explicación aplica para la mayoría de los productos.
“En donde nos encontremos, en el Norte, Este, Sureste o en el Centro del país, en la época invernal hay aumento en los precios de los productos agrícolas”, apuntó Ramón Cano.
El titular de la Sedru habló del caso del jitomate, en que la época ideal para producirlo es los meses de mayo a julio debido a la buena temperatura, además de que hay agua de lluvia y de riego; situación agrológica que no sucede en el invierno. Es decir, una baja de temperatura antes de afectar fisiológicamente una planta, lo primero que hace es detener la reproducción celular, en frutos, hojas y plantas.
Un fruto que pudiera crecer por ejemplo, en un uno por ciento por día, con una baja temperatura su crecimiento es mucho menor.
Hay plantas muy sabias, como los manzanos y duraznos, que es tal su estado de “latencia” que tiran sus hojas para impedir perder agua, ya que estas son una gran superficie de traspiración y actúan con un mecanismo de defensa.
La recuperación de la producción comienza a finales del mes de febrero y principios de marzo, porque la mayoría de las plantas empiezan a salir del estado de “latencia”, ya que está ligada a la temperatura.
La época de lluvias es cuando se restablece nuevamente la producción en sus niveles más altos, y “es cuando pasa lo contrario, al haber mayor producción y menor demanda, los precios bajan y se estabilizan”.
Los ejemplos más claros se tienen con los granos; cuando la producción en Estados Unidos de Norteamérica es extraordinaria, los precios en México bajan, como sucedió el último año, y por otra parte, cuando baja la producción de granos en ese país por contingencias, los precios aumentan en el nuestro.
El vecino país del norte reportó en el 2013, una producción récord de 355 millones de toneladas de maíz, lo que lo mantiene como el productor número uno del mundo; mientras que en nuestro estado se produjeron 569 mil toneladas de sorgo y un millón 708 mil de maíz, lo que en números explica la caída de los precios.