Vaya refrán romano, Al pueblo pan y circo, y como no hay pan, porque la economía está pa’la chingada, no nos queda otra que acercarnos al circo. Por eso ya viene la Expo Feria Michoacán, el evento más grande y popular de los morelianos. Y, ya anda todo el gobierno acelerado por quedar bien, lo cierto es nunca ha servido para nada la Expo Fiesta, sólo para ir a ver a los artístas, que por cierto, este año está muy bueno el repertorio.
La famosa Expo Fiesta ha tenido a través de los años sus bajas y altas (que de altas es solamente un dicho), y antes, las peleas de gallos era lo mejor, pero ahora solamente los cantantes y grupos, pero de ahí a que sea una expo o un centro cultural, o centro de negocios para los expositores, para nada.
Siempre la Expo Fiesta ha salido raspada, de una forma u otra, con sus malos servicios, con la inseguridad, con la desorganización, con el abuso de los burócratas, siempre les quieren picar los ojos a la gente que renta su espacio para vender cualquier cosa, ya sea algún producto o comida, el costo por dicha renta es muy alto para tan poca gente que va.
Los Morelianos si asisten al los eventos y eso que les queda en casa de la ching…, es decir, lejísimos. La seguridad es relativamente buena, pero no hay anda interesante, yo me acuerdo que hace muchos años, pero muchos, la feria era un evento elegante, bien organizado, bien presentado y cultural, no solamente iba uno a comprar cosas baratas y de calidad, sino que aprendía uno de los stands, como el de la CFE, de ferrocarriles, de la comisión de agua, etc.. Las escuelas llevaban a los niños a que aprendieran, ahora solamente van a los juegos y a echarse un helado.
La Expo Fiesta está bien para perder el tiempo, pero no para gastar, todo está carísimo y de mala calidad, incluso la comida. Debería haber un panel de personalidades que definan a los expositores, que revisen los productos y que cuiden la calidad. Los espacios para la renta de productos deben de ser baratos, así ayudan a los que rentaron para que hagan su agosto y tengan algo de dinerito para gastárselo en productos o servicios de la ciudad.
Pero no es así, vuelvo a lo mismo al pueblo pan y circo, dele fiesta al pueblo y se olvida lo pobres e infelices que son, lo mal gobernados que están, lo inseguros que son, lo mal educados que están sus hijos, pero, eso sí, bien gastados y bien divertidos.