…no mandan necesidad de separar delincuentes federales y del fuero común. Entonces, ¿dónde van a meter a tanto explotador sexual? Solución integral sí, pero, ¿como la nueva Ley Laboral? Aunque de golpe, nada, todo con saliva: la posibilidad
MSV.- Ni modo de desmentir, los problemas de cárceles y dizque centros de readaptación social estando repletas y dejando meter comidas, las incidencias de internos, no van a parar. Como se ve, eso es un gran negocio, igual que la explotación sexual o la industria de los estupefacientes.
Ya se ha comprobado que en los centros de privatización de libertades, los mandos de alcaides en cárceles y de directores en las penitenciarías, los tienen los reos y que mientras no se desate este nudo, las muertes, tomas, asesinatos y madreados, no van a terminar.
Hay necesidad pues de separar a los delincuentes federales, de los del fuero común y algo toral, que no se permita meter comida, porque es el clásico conducto por donde se ingresa y se trafica con armas, droga y dinero. Ahora con la nueva ley de la explotación sexual, van a caer miles y miles a esos sitios, donde una de las tácticas claves para atenuar líos, se ha dejado de aplicar, ya que bien se sabe que rejego que organiza grupos, cambiándolos o intercambiándolos a lugares completamente distantes, tardan en imponer sus formas de hacer dinero o repartirlo para controlar o pagar bien y lograr su fuga.
La razón de tantos problemas de los internos, es porque circula o hacen que haya billetes para ampliar sus poderes, de tal manera que si se quiere solucionar este problema, aunque no se puede lograr de golpe, se debe empezar a untar saliva, como va a suceder con la Ley Laboral, en función de que hay tantos intereses, que empleados, autoridades y los mismos presidiarios, ya lo toman como su propio destino.
Actualmente hay presos en penitenciarías más de 238 mil delincuentes, cuando todos los albergues en el país no son mas que para ciento ochenta y nueve mil, que por reportajes o denuncias, sus lugares donde duermen y perviven, son como gavetas de camposantos.
Por eso el escritor peruano que le ha entrado a comentar constantemente estos hacinamiento humanos, implora que se legalice la droga, con el fin también de que no haya tantos presos por estos delitos, que bueno, se entiende que esta cultura nunca se va a acabar, pero cuando menos en donde se purga esa clase de penas, haya un poco de oxígeno menos contagiado para respirar o bueno, que los consumidores paguen impuestos, aunque ya ven, cuando se le subió el impuesto a los cigarros, se pensó que muchos iban a dejar el vicio y está resultando que los ganones son los que los traen del extranjero y los venden de contrabando, dejando a los agricultores del tabaco, en la vil chilla, porque no todos saben cómo hacer llegar lo que a escondidas siembran y cosechan a pesar de haber tanta demanda.