Comadre, como que esto del narco y el crimen organizado, está agonizando, al parecer y así lo comentan, que mucha gente está desapareciendo para ir buscando a donde se van a cambiar y con la muerte del jefe nacional de los zetas, parece ser que hay un compromiso de dejar limpio de compromisos, para que el nuevo gobierno desde luego con el acuerdo del vecino del Norte, formen el nuevo sistema de siembra, entrega y continuación, a nuevos o viejos discretos que dentro del orden trabajen sin perjudicar a ajenos.
Comadre, pero las cuotas como decía Miguel de De la Madrid…
Eso ya no es asunto particular o público, sino de estado.
Bueno y en qué te basas para tu apreciación. ¡Ahhh! Pues es que eres de Uruapan y tu viste como en menos de tres meses aquella Perla del Cupatitzio, fue dejando de ser centro comercial y los negocios fueron cerrando, así como que los notarios ya no querían dar fe de tratos en dólares y Uruapan no regresó a ser pobre porque ahora con el oro verde, se ha ido a la quinta dimensión su potencial económico, pues hay aguacateros que no se pierden una pelea de box en el extranjero y que hasta su comida se las mandan en traylers desde Mac Allen.
También comadre, que se cerró el círculo social. Hoy esa nueva élite de ricazos, ya no se juntan con la raza, bueno, con comunicarte que aquellos que pusieron restaurantes lujosos, los traspasaron o los dieron en renta, porque en realidad, así lo decían, para qué más dinero si en un rato los dejaban sin nada y el aguacate, sube y sube, que mira, miles de personas ahora andan en las pepenas y repepenas; la aguacatiza que antes era fertilizante natural, ahora se busca bajo las hojas y ni quieren que les paguen, nomás con que les toque a ellos los aguacates que se caen porque se pasan de maduros.
Comadre y a pesar de que se ven podridos, los partes y están re buenos.
Bueno comadre, pues si tuviste algún amorcito extra con “esos”, sácales algo.
¡Ayyy! comadre, si nomás fue una vez, pues esos con dinero traían unos forrazos que ni para pensar que se volvieran a fijar en mi. Yo creo que eso fue una necesidad, pues de la forma que me lo hizo yo dije, ojitos que te vieron ir, jamás te volverán a ver.