Un Gobernador Entra con Amigos a Gobernar Pero es Raro que no Termine con Enemigos
Oyes comadre, te acuerdas cuando se le fue a echarle la mano al licenciado Ausencio que estaba como delegado del PRI en Tabasco para la candidatura del famoso Andrés Granier, y que ganó gracias a que Chávez Hernández le echó todos los kilos porque se trataba de ganarle al candidato de López Obrador, en la mismísima tierra del ahora líder moral de Morena, donde se está llenando de pura broza.
Claro que sí me acuerdo comadre, que por cierto que le preguntamos en vísperas de las elecciones que veíamos que de plano era el que iba a ganar, que nos dijera la clave de sus cualidades y que presto nos hizo saber que su carácter, la simpatía de la gente de poder que le estaba costeando la campaña y que había una corriente en que no quería a López Obrador, ya que mejor optaba por la paz y la tranquilidad.
Nosotras vimos el entusiasmo que levantaba ese candidato.
Hasta tres años de gobierno iba muy bien, pero vinieron las inundaciones, entraron los planes de ayuda de la Federación, llegó mucha lana y apareció la corrupción, donde el gobernador no administraba, sino los que vinieron a auxiliar esas desgracias.
Total, que se inundaron capital y municipios, inmensos espacios de vegetación, luego otra inundación y otra y otra, hasta que parece ser que algunos diques o inicios de almacenamientos de cuerpos de agua, volvieron a su nivel y empezó la escasez de dinero y ya no hubo más.
Total que Granier resultó ser todo un mil uñas y hasta ahora lo traen en que ya le hacen juicio político, que ya algunos de sus cuates resultaron todos unos raterillos y bueno, ya sabrás comadre en el alboroto que anda, porque no se puede comprobar gasto alguno que queda bajo tierra.
Entonces comadre, un gobernador entra con amigos, pero siempre sale con enemigos.
Asi es comadre, nomás fíjate en los exgobernadores de Michoacán…
