CoMadreando: Quien Toma Pulque, es Seguro que Vivirá Mucho más Años

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No cabe duda que aquella tontería rectificada de los diputados constitucionales que acordaron que se tumbaran todos los magueyes de México porque se decía que nosotros éramos un país de borrachos, casi estultos, que ahora sabemos por qué de la reflexión de Mújica y hasta del que muy pocos se acuerdan que vivió más de cien años sin tomarlo, el profesor Jesús Romero Flores. Pues esa tal reflexión nos está sirviendo porque ahora resulta que toda persona pobre que todavía por ahorrar que no tiene para la carne, con unas dos o cuatros jarras de pulque al día que se tome de pulque curado, por lo regular, si no pasa de los noventa años de vida, es porque irrumpió su dieta.
Y eso a que se debe comadre, porque acabo de ver en un canal de televisión que imparte información cultural, que la única pulquería que queda en el mercado de La Merced, su dueño, tiene ciento cinco años y se ve como si tuviera 60 y derechito, vigilando si su clientela es atendida bien por los meseros, que según los que los descuidan, es porque no les dejan propina.
No, y acuérdate comadre que donde hay magueyes y todavía toman pulque como en Tarímbaro, son longevos a que ahora lo toman de vez en cuando, porque consumen más el agua miel que cada quien extrae de el maguey que compra, como la señora que le cuidaba el rancho en la Y griega de Ucareo al patrón, que en lugar de darles leche a sus niños, siempre les daba pulque, porque le pedían de comer menos. Además de que no le alcanzaba lo que ganaba para mantener a doce que tuvo, porque según su esposo, vientre desocupado, siempre debe ser preñado.
Ayyy comadre, a poco lo que me dices es verdad…
Una de las verdades porque hay otras, que todavía existen familias que hacen su propio pulque porque les sale barato el día y se sienten muy bien, que nomás acompañan el pulque con tortillas y frijoles, y se ven muy bien.
Es más, nunca se enferman, nada de gripitas ni que de cáncer, ni que de la próstata.
Comadre, po’s muy interesante, luego la seguimos para irnos a echar unos vasos.
¿Vasos? No, sino jarras diario y verás cómo se nos quita hasta lo pobre.

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