El narrador Gerardo Méndez mostró a los niños el universo surrealista de Leonora Carrington

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Para cerrar uno de los fines de semana más concurridos de la FILIJ, el narrador Gerardo Méndez revivió la mañana de este domingo 17 de noviembre, el universo lúdico que la pintora Leonora Carrington creó para sus hijos en el libro Leche del sueño.
La edición publicada por el Fondo de Cultura Económica que reúne nueve cuentos infantiles escritos e ilustrados por la artista surrealista para sus hijos, fue presentado en el Aula Magna José Vasconcelos, del Centro Nacional de las Artes, por el célebre cuentacuentos en una amena sesión en la que más de 70 por ciento del público estuvo conformado por niños, algunos provenientes de planteles escolares de diversos estados de la República.
Gerardo Méndez realizó un recorrido por las diversas historias del libro tituladas Juan sin cabeza, El niño Jorge, Humberto el bonito, El cuento feo del té de manzanilla, El monstruo de Chihuahua, Negro cuento de la mujer blanca, La gelatina y el zopilote y Cuento repugnante de las rosas.
Durante la narración de El cuento más feo del té de manzanilla, el narrador invitó al niño Israel Martínez del público para narrar una de los pasajes subido en una silla en el escenario, mientras que otro pequeño llamado Santana, proveniente de un plantel de Monterrey,mostró la manera como se maneja una bicicleta invisible.
A lo largo de 60 minutos, Méndez describió también otros paisajes.
Carringtonianos con la ayuda de otros niños voluntarios, Amanda y Jorge, donde aparecieron indios verdes, una mujer que se viste de negro y toca la flauta, elefantes, zopilotes, búfalos y hasta misteriosos personajes de color azul.
“Creo que Leonora Carrington da muestra en estas narraciones ilustradas de su profunda imaginación, de los universos desbordantes que habitaban en su cabeza.
Como narrador me siento honrado de compartir esa magia con los niños, porque además hay que decirlo, no fueron cuentos pensados en ser publicados, eran un ejercicio personal de amor de ella hacia sus hijos”, afirmó en entrevista Gerardo Méndez al final de la presentación.
El narrador dijo sentirse impresionado de la rapidez con que los niños captan las historias de Carrington, aun cuando para un adulto puedan parecer muy extrañas y hasta escatológicas.
“Ella se adelantó a esa literatura infantil que muestra a los niños los que ocurre con su cuerpo, todas esas cosas que en el mundo adulto son llamadas cochinadas pero que para un niño son como un descubrimiento como los eructos, la popó, la pipí, etcétera.
Leonora hace alusión a esas cosas con total naturalidad, y ese es el gran valor del libro, el enseñar a los niños a ser conscientes de su propio cuerpo”, concluyó Gerardo Méndez.

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