Entre que hay gritos y sombrerazos, puñaladas por la espalda, expulsiones de los coordinadores, alianzas entre todos los partidos para que Morena no se salga con la suya, enojos de coordinadores, suspensiones de derechos, gastos en viajecitos infructuosos, informes de gastos obscuros, pocas reuniones de comisiones para sacar leyes, la gigantesca corrupción de auditores, falta de profesionalismo en sus plenos y falta de aplicación de su ley orgánica, hace ver que estos diputados traen la brújula bien perdida.
En decenas de años de historia nunca habíamos escuchado historias como las que han estado pasando en la presente legislatura, una legislatura donde hay legisladores con experiencia suficiente para lograr acuerdos y leyes, pero que no han actuado de manera profesional, personas como Eduardo Orihuela, Antonio Salas, Ernesto Núñez, Adriana Hernández, Adriana Ceballos, Antonio Soto, Brenda Fraga, Cristina Portillo, Erik Juárez, Hugo Avila, Marco Aguirre, Norberto Martínez, Miriam Soto, Yarabí Avila, que son los que ya habían pasado por este edificio del Congreso de Estado y que se supone que saben hacer las cosas, ahora no pintan de no ser por Cristina que muy seguido aparece en los medios, los demás han pasado desapercibidos, bueno ni el presidente de la mesa directiva ha sobresalido, que es el que se supone representa a todo el Congreso.
Este congreso que aseguró que generarían ahorros, muchas leyes, orden y supervisión, parece que no han aplicado esos principios a estos periodos de trabajo. El chisme de que esta legislatura esta sobre pasando a todas las anteriores en ser una de las peores, parece una realidad con lo que escuchamos y leemos día con día.
Alguien necesita ponerse la pilas y darles un jalón de orejas a quién se le deba de dar el jalón, porque productivos no han sido, puras tonterías han logrado, bueno no pudieron ni leer la ley de la guardia nacional, cuando ya en la mayoría de los Estados se había aprobado.
