Fausto ya sabe, por eso lo hace, pero otros…

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Fausto ya sabe, por eso lo hace, pero otros...

…que sin saber se avientan, se rompen el hocico

MSV.- Que es un “quedabien” para el que Michoacán gobierna , es poco. Si se califica de barba, adjunto lleva la vieja edad del que fue bisoño en esta lid, que a veces bien se entiende o peor se comprende si los recursos que ocupa, son por los que en sus vicisitudes de político pasó la totalidad de su vida.

Es cierto que su acción de Ejecutivo por necesidad la excede, pero ni modo que no se entienda, porque al pueblo no le importa qué cómo o de dónde, pero que las buenas resultas, le resuelvan lo que plantearon y si Fausto no ha fallado a más de mil quinientos compadres que tiene, menos dejará de cumplirles, a los que con su voto, completaron la cantidad de votos para su triunfo electoral.

Al través de toda una vida escribiendo para Diario de Morelia y La Extra de la tarde, se llegó a reconocer que Michoacán conoció solamente a dos politicazos que sabían con gracia decir el no y el sí con recomendación de cumplimiento: Norberto Vega y Margarito Antúnez Domínguez, por cierto olvidados, porque no lograron morir a tiempo para hacer historia, tal como Natalio Vázquez Pallares, ideólogo del cardenismo, que de no haber dejado de existir en el sexenio del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, no hubiera alcanzado ni busto en el jardín donde empieza el veneno de los diabéticos como él era: en el mercado de dulces.

Presumo desde hoy que Fausto repite, en función de que por humillarse podría caer en la ignominia, pero los pueblos michoacanos volverán a progresar, de tal forma que la historia lo admitirá como factor de suma, ya que restar en política, los pueblos pierden.

Hay otro ejemplo de mantener la unidad michoacana, Ausencio Chávez Hernández, pero que no obstante su arte de correr cortesías a amigos y enemigos en tanto tiempo que estuvo en gobiernos, le faltó algo aquí, porque en otras entidades como delegado priísta en Veracruz y el propio Tabasco en tiempos del bulto que era López Obrador para ganarle a Calderón, le restó el triunfo en su entidad, del candidato al gobernador perredista que puso y que por popular se decía simplemente que ganaría porque todos al unísono de votemos por la honestidad que necesita el futuro, por ese apetito de la frase, era la garantía del triunfo.

Así como en la Santa Rota de Roma, donde se discuten cualidades para beatos y luego santos, que los dos bandos del mal y del bien, empatarían en Fausto porque no son recursos sobrenaturales o sensoriales las de él, sino simplemente el modo de atender a quien pide y que nada obtiene, pero se va contento, que por algo será.

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