El Papa Benedicto XVI recibió hoy dos nacimientos artesanales mexicanos que adornarán al Vaticano en estas fiestas decembrinas así como los más diversos regalos, desde una cruz en cerámica hasta una virgen indígena.
La audiencia general en la que participaron más de cuatro mil 500 personas, este miércoles en el Aula Pablo VI, estuvo adornada por un pesebre compuesto por 17 piezas de un metro 20 centímetros de alto cada una y modeladas en cera por Jesús Ayala Heredia.
Realizadas con los rasgos típicos de la etnia indígena purépecha y vestidas con trajes típicos del Estado de Michoacán, las figuras de José, Jesús, María, los pastores, los Reyes Magos y los ángeles sorprendieron al Papa cuando los admiró al finalizar la audiencia.
Tras haber bendecido a los presentes y luego de haber mandado el primer mensaje de su cuenta en la red social de Twitter, el obispo de Roma se acercó a un lado del templete principal del aula donde ya se encontraba montado el nacimiento.
Pudo observar durante unos momentos las figuras, que estaban colocadas dentro de un portal que emulaba un patio mexicano, con sus columnas, sus colores pasteles, sus portones de madera y sus paredes con grietas que dejaban ver los ladrillo interiores.
En el Aula Pablo VI se colocó uno de los nacimientos donados mientras el segundo, construido en pasta de caña, fue ubicado en los Museos Vaticanos.
El pontífice bendijo las imágenes de cera en medio del entusiasmo de la delegación llegada hasta Roma desde Michoacán, el estado mexicano que este año financió la manifestación «Navidad mexicana en El Vaticano».
Según informó la prefectura de la Casa Pontificia, el grupo estaba conformado por unas 100 personas encabezadas por el gobernador de esa entidad, Fausto Vallejo, y el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda.
El mandatario y un pequeño grupo de personas pudieron saludar de mano a Benedicto XVI en el momento del «besamanos».
Entre ellos destacó un artesano y la cocinera tradicional Benedicta Alejo Vargas, que portaba su vestimenta indígena típica y regaló al líder católico una estatuita de la Virgen Madre, imagen originaria de la comunidad de San Lorenzo en la meseta purépecha.
Cuando vio a la indígena de piel curtida, cuya cabeza estaba cubierta por una mantilla negra, el pontífice le tomó las manos y le bendijo marcándole la señal de la cruz en la frente.
En varias ocasiones a lo largo de la audiencia un conjunto de violinistas de la familia Bautista Ramírez tocó algunas melodías de la música tradicional purépecha.
En entrevista con Notimex Diego Monroy Ponce, ex rector de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, señaló que con la donación de los nacimientos quedó de manifiesto que México es una tierra de colores, de vida, de fuerza y de expresividad.
«La entrega de estos nacimientos es un gesto filial de los mexicanos, un gesto de amor a Benedicto XVI a quien le decimos que aquí estamos, con nuestra música, con nuestra danza, nuestro arte, nuestra lengua y con lo que somos. Y el Papa nos acoge como padre», indicó.
Monroy pudo saludar al pontífice y regalarle una copia fiel de la imagen de la «morenita del Tepeyac. «Le dio mucho gusto cuando desplegué la tilma y se la entregué, sobre todo porque hoy es el 12 de diciembre, día de la gran fiesta Guadalupana», reveló.
«Que las artesanías de Michoacán estén aquí, en la sede de Pedro, tiene un gran valor. Es recuperar nuestros valores, es el espíritu de la Iglesia acoger siempre a los más pequeños, a los indígenas, a los pobres y a los sencillos», apuntó.