El pasado sábado la famosa candidata Cocoa Calderón salí a decir a los medios que iba a hacer su recorridos en combo y que solamente le alcanzaba para unos «flyers», que era una iniquidad bárbara la diferencia entre presupuestos de partidos e independientes. Pero, esto no le pareció bárbaro cuando hace unos años, la primera vez que compitió como candidata del PAN a la gubernatura del Estado fue la que gasto más, la que le llovían recursos de particulares, la que la llenaron de apoyos federales, la que le llegaban cajas de dinerito para repartir a diestra y siniestra, si no pregúntele al hermano Juan Luis el cual recibió en presencia de este servidor como le llenaban mesas desplegables con torres de billetes por proyectos que asignaba en la SCT. Y si le falta que le pida a su hijo putativo, el independiente de Morelia, le debe, le debe haberlo hecho corrupto, hombrecito y además presidentito.
Pero la ironía de la situación, es que ahora le pesa en el alma, pero cuando derrocho el dinero del pueblo no le molesto nadita. Esta es la situación de aquellos candidatos que cuando fueron dueños y señores de sus partidos hicieron lo que quisieron, pero cuando perdieron y no le salieron las cosas renunciaron para supuestamente volverse independientes. Abusaron de sus partidos, viviendo de ellos chupándoles la sangre hace que mataron su propio proyecto que después no pudieron sostener. El mejor ejemplo, el ex presidente de la República, Felipe Calderón, quizá el mejor presidente que hemos tenido, pero el peor político de la historia del PAN, que teniendo todo a su favor, con su prepotencia, su altanería y su dictadura destrozó su propio partido.
Por eso a su familia se dice ser independiente, cuando toda la vida vivieron de los impuestos que usted y yo pagamos. Ahora que ya no tiene partido, que sufra, su primera campaña como candidata a gobernadora debió haber sido en combi y tocando puertas, no ahora que desea mostrar humildad cunado nunca la ha tenido.
