Más bodeguitas de Aurrerás y vendrá el cierre de miles de changarritos

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Más bodeguitas de Aurrerás y vendrá el cierre de miles de changarritos

Hasta nosotros hemos abandonado lo casero.

MSV.- Es cierto que la cultura del comercio pequeño ha cambiado; hoy las tradicionales plazas para surtirse, se han convertido en decenas de tianguis que cuando menos comercian familias de no tan grandes recursos como los Aurrerás, que tienen de todo lo que se consume para vivir, pero con la mayoría de productos que los changarros, de eso hacían su diario. Propietarios de estas modestas vendimias, nos han pedido hacer saber a los que gobiernan que a la instalación de esta modalidad comercial, pequeñas tiendas de abarrotes que se ubican hasta cinco cuadras de distancia a la redonda, están quebrando, porque de vender casi los mil pesos diarios, andan por los doscientos pesos diarios, porque todo mundo está comando la costumbre de comprar donde encuentra todo, además de que los consumidores optan por lo atractivo del empaque.

Hay que aceptar que en changarros ya no hay hornos donde hacían empanadas y que las compraban por lo recién elaboradas, como bolitas de tamarindo, galletas o bolillos horneados con leña, aguas frescas en lugar de refrescos. Sí, todo ha cambiado, pero las autoridades no se fijan que las ganancias de esos grandes capitales, se van quizá hasta el exterior y que en cambio lo que en tiendas pequeñas se ganaba, aquí mismo en Morelia quedaba y sigue quedando pese a lo poco que ya venden.

Con esta pobreza, los viejitos, vagos o gente sin trabajo, pide caridad en lugares donde si se les niega, no le ridiculizan; en cambio en tiendas de portento hasta les echan a la gente de su seguridad y los sacan patitas colgando.

Los políticos y los que llegan al poder, no inauguran un puesto de tacos, ellos van donde se hacen publicidad y los elogios para los dueños o encargados, es por los empleos que crean, cuando proporcionalmente la cantidad de gente que ocupan, no corresponde a la ganancia que se llevan.

Todo lo anterior no es de plañidera, sino realidad. Acuda a changarritos que están desde cinco cuadras de distancia donde ya hay una bodeguita de Aurrerá, para que calcule lo que va a pasar cuando toda esta gente de pequeños comercios, tenga que buscar otra forma de ganarse la vida, si los que más o menos tienen entradas para su sustento andan en protestas y plantones a ver qué sacan, imagínese a esta otra multitud que en su mayoría está formada por gente adulta cuya forma de vivir, le viene de familia.

Lo extraño en Morelia es que haya tantos centros comerciales y además que vendan mucho. O hay muchos lavadinero o esta rara modalidad es porque después del temblor de 1985, vino a posarse a Morelia gente con esa costumbre que mucho ha contagiado.

Hasta nosotros hemos abandonado lo casero, por tantos restaurantes de cadenas alimenticias que ni por investigación de mercado hacen café de hoya.

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