A medida que el mitote electoral llega a su final, arrecian las dudas, con el vértice de no saber ni por qué partido hacerlo, ya que ahora que de los partidos políticos desaparecieron los ideales, que coinciden en que sea todo por una chamba y ganar mucho dinero, ya que qué servir ni servir. Eso es mentira, porque entonces, fueran como el General Juan N. Alvarez, que pobre entró a la Presidencia de la República y pobre salió de ella, que los malosos de sus paisanos guerrerenses, abajo de la placa que le pusieron en su Busto que está a un lado de la catedral del Puerto de Acapulco: “por pendejo”.
En algunos de los fundamentos que les colocan, es que estamos en esta clase democracia, que nuestros ratones políticos, son como los chapulines, que le brincan de un lado para otro y que a pesar que eso va en detrimento de su cultura o moralidad si es que la tienen, se la sacan con que en el partido donde militaban, “no les garantizaban el desarrollo de sus inquietudes”, a sabiendas que de todos, unos cuantos son los que llegan y los nunca pueden arribar al verdadero poder, se acostumbran a recibir migajas y migajas, aunque algunos, por falta de preparación terminan llendo a la cárcel, porque el jefe o quien les ayudó para llegar les dijo: tú, fírmale y ni modo de no agradecer…
Lo bueno es que el voto es secreto y que por mucho que te vigilen, nunca van a saber si fuiste tu el que no votaste por él, ya que el voto conserva parte de su secresía.
