BGC.- México es uno de los países donde los menores tienen peores condiciones de vida, particularmente en la primera infancia (de cero a cinco años), ya que las autoridades no han sido capaces de garantizar condiciones mínimas de salud, educación y seguridad en un sistema económico generador de miseria, injusto y criminal.
Sin duda, México es un país inapropiado para la niñez, debido a que es profundamente desigual y violento, muy en especial contra los sectores más vulnerables. Ello explica que, por ejemplo, unos 30 mil niños mueran al año por enfermedades prevenibles antes de cumplir 12 meses de edad, en estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tlaxcala, Puebla y Michoacán, añado.
Los especialistas dicen, preocupados, que en México los derechos de la infancia no están en el centro de la agenda nacional y, por tanto, hay un nivel mínimo de cumplimiento y exigibilidad de los mismos. No están en el Pacto por México, no hay porqué, se entiende. Desde luego, en el México Bárbaro de hoy observamos que hay una negación sistemática y estructural de las garantías básicas de los menores, que representan un sector invisible pero profundamente agredido.
La mayoría de las 13 millones de personas entre cero y cinco años (casi 10 por ciento) se encuentran en el abandono por parte del gobierno, a pesar de que se sabe en que esa etapa de la vida se forma el 90 por ciento de la estructura cerebral, así como las bases del carácter y la personalidad de un sujeto. A los gobiernos burgueses eso los tiene sin cuidado; en su lógica, el capital sirve para generar ganancias y el gobierno se ocupa se mantener a raya a los inconformes. La justicia social no es su tema.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) nos informa con puntualidad que más de 18 millones de niños menores de 14 años se encuentra en una situación de pobreza multidimensional al no tener garantizado al menos uno de sus derechos como son prestaciones sociales, educación, servicios de salud o vivienda digna. Tal cantidad representa 56.3 por ciento de los 32.5 millones de menores que habitan en el país y que a su vez representan 29 por ciento de la población nacional.
En detalle: Si se considera únicamente a la población infantil en situación de pobreza multidimensional (56.3 por ciento) y aquellos vulnerables por carencias sociales con un ingreso superior a la línea de pobreza (19.7 por ciento), entonces tres de cada cuatro niños de cero a 14 años (76 por ciento) de estos dos grupos tienen al menos una carencia social, de los cuales 83.5 por ciento no tiene acceso a la seguridad social; 38.7 por ciento no puede acceder a la alimentación; 38.5 por ciento no cuenta con servicios de salud; 27.4 por ciento tiene carencia en la calidad y en los espacios de la vivienda; 26.5por ciento no tienen acceso a los servicios básicos en la vivienda y 10.6 por ciento tienen rezago educativo.
Más todavía, un millón 72 mil niños no viven con ninguno de sus padres, un millón 200 mil trabajan y 55 mil menores salieron del país entre 2005 y 2010, lo que representó 5.3 por ciento de los migrantes del periodo. Además, 12.7 por ciento de los fallecimientos en la población infantil de cinco a 14 años ocurre por accidentes de transporte, principal causa de muerte en este grupo, seguida de la leucemia y las malformaciones congénitas.
En el grupo de menores de cinco años, 10 de cada centenar presentan problemas de sobrepeso y hay una prevalencia de 38.3 por ciento de anemia en los bebés de 12 a 23 meses de edad. Y en Michoacán nos preocupamos de un gobernador enfermo y de que cómo, en su caso, se le sustituiría, entre otras cosas tan sutiles de la falsa política huisachera. Esperemos que pronto se recupere, porque trabajo sí que tiene, y muchísimo, como se puede notar.