No se contempla la suspensión de la ceremonia formal del Congreso de Michoacán, planeada para el 22 de octubre en Apatzingán, a pesar del asesinato del líder del sector citrícola, Bernardo Bravo, ocurrido en las primeras horas de este lunes.
En una entrevista realizada este lunes, en respuesta a una pregunta específica, Fabiola Alanís Sámano, coordinadora parlamentaria de Morena y presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, afirmó que cancelar este evento conmemorativo de la promulgación de la Constitución de Apatzingán enviaría una señal negativa.
“Estamos evaluando la situación; inicialmente, manifestamos que era fundamental llevar a cabo el acto para fomentar un ambiente de mayor confianza, aunque lamentamos unánimemente los acontecimientos recientes”, comentó la legisladora.
Alanís Sámano destacó que entre los miembros del cuerpo legislativo prevalecen sentimientos de indignación y tristeza. “He oído a mis colegas expresar una profunda indignación por lo sucedido, por este asesinato. Él representaba, de alguna forma, a un sector significativo, los productores de aquella región, y por lo tanto hay una gran consternación, tristeza, enojo y la demanda de esclarecer este hecho lo más pronto posible”, enfatizó.
Al ser cuestionada sobre la posibilidad de suspender, reconsiderar o modificar la ubicación de la sesión, indicó que no lo considera factible. “No lo veo viable, nuestra postura es que sí se lleve a cabo”, respondió.
La legisladora aclaró que la Presidencia de la Mesa Directiva ya está en contacto con el secretario de Gobierno y el fiscal general del Estado para abordar la cuestión de la seguridad.
“Dado que esto es un asunto que corresponde a la Mesa Directiva, la Presidenta ya ha establecido coordinación con el secretario de Gobierno y seguramente también nos comunicaremos con el Fiscal General, relacionado con la seguridad, sin duda”, precisó.
Al reiterar que Morena tiene la intención de transmitir un mensaje de solidaridad y determinación, Alanís subrayó que cancelar la sesión podría ser interpretado como un signo de miedo.
“Queremos transmitir una primera señal de solidaridad, celebrando el evento como un acto de apoyo, ya que no hacerlo podría ser visto como… No sería apropiado anular o posponerlo”, expresó.
Por último, expresó su pesar por el crimen y reafirmó la demanda de justicia, al tiempo que hizo hincapié en que la ceremonia solemne en Apatzingán sigue en pie, con una coordinación interinstitucional destinada a asegurar la protección de todos los asistentes.
