El día de ayer se conmemoró el 250 Aniversario del nacimiento del Generalísimo Don José María Morelos y Pavón.
Según un comunicado, uno de los más grandes legados de don José María Morelos, debemos decir que fue la Constitución de Apatzingán.
El 22 de octubre de 1814, año quinto de la Independencia mexicana, la Constitución de Apatzingán establece los principios y valores y forma de gobierno que hoy se observan.
Los Sentimientos de la Nación son sin duda la más relevante formulación sintética de la visión de la insurgencia en su momento cumbre.
Ante los nuevos imperios de la prepotencia económica y militar, así como la delincuencia organizada, la independencia y la soberanía de la nación, hoy son una tarea inacabada y una responsabilidad de todos y cada uno.
En este sentido para recapitular y hablar un poco de los Sentimientos de la Nación, habría que destacarlos casi todos.
Uno de los más innovadores fue el sentimiento número 12 al apuntar hacia la equidad socioeconómica, mediante la moderación de la opulencia y la indigencia aumentando los salarios de los pobres. Ni el Congreso de Anáhuac, ni ninguna constitución del siglo XIX lo consideró, hasta la constitución de 1917 fue que se tomó en cuenta.
Del sentimiento 12 sobre la moderación y la democratización de la riqueza y la indigencia debería ser retomado como premisa de las leyes que dicte esta soberanía y los congresistas de los Estados así como en las políticas públicas del ejecutivo federal y de los mandatarios estatales.
Hoy como ayer el poner por obra el espíritu de los Sentimientos de la Nación conlleva esfuerzo y constancia:
“Es necesario usar de algún sufrimiento, porque es tiempo de sufrir, porque México sufre; lo que no sufriría yo nunca jamás sería la injusticia”, eso también dijo Morelos.
Que lo que nunca sufra nuestro pueblo sea la injusticia.