Pues ni modo, cada quien tiene su ciclo, Zabludovsky fue el “último de los mohicanos” –aunque no existe esa palabra-, pero así se dice, al expresarse algún lamento de esta naturaleza.
Hoy por la mañana me decían los que no vivieron esas épocas, que su vida fue muy larga en la radio, pero muy corta en el periodismo y no, ya que desde la Revista Hoy, de la tres de Pagés Llergo, Hoy, Mañana y Siempre, él empezó a renglonear en la Revista Hoy. De tener la capacidad, se hubiera quedado con la dirección de la Revista Mañana, que tuvo que abandonar Pagés, porque lo expulsó del país Avila Camacho cuando le publicó, que como para amar a Dios no necesitaba dar de gritos, tampoco un Presidente de la República para decirle a México que era católico, hubiera habido necesidad de írsele a hincar a la Virgen de Guadalupe, para recibir la bendición de uno de sus sacerdotes que atendían por entonces la Villa.
Pagés se fue a Los Ángeles, al periódico La Opinión que era en español y al regresar a medio período de Miguel Alemán, fundó la Revista Siempre, que existe todavía bajo la dirección de su hija Beatriz, aunque editada en otro tamaño.
Los restos humanos de Jacobo fueron inhumados en el panteón judío, sin ser velados y acompañado por casi familiares preferencialmente y su fama pendió más de la tele, que de la prensa escrita, porque en poco tiempo los medios electrónicos dominaron en forma general , todas las ramas de la información de donde Jacobo fue el pionero.