Lo mejorcito con que venía sobreviniendo el Partido de la Revolución Democrática, deja esa organización y se van con Morena, a surcar mejor el destino del partido Morena, que no le cae nada mal a López Obrador que sigue activo, no tan escondido como lo ha mostrado siempre Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano creador directo del perredismo y quien de hecho hizo al que ahora demuestra, que va bien “la cosa” cuando el alumno supera al maestro.
Las consideraciones anteriores, son los comentarios que circulan con agrado entre los que pueden dar la sorpresa en las vecinas elecciones y porque también presenta mayor cantidad de oportunidades políticas.
Desgraciadamente cuando queda establecida una fuerza, como pinta el partido Morena, termina en lo mismo; el control interno nunca permanece en la democracia.
Alejandro Encinas, gente no corroída –dicen-, jalará a mucho perredismo con él y ni modo que no les oportune desarrollar energías de lucha, principalmente para los que al través del tiempo, no han caído en la corrupción, si como dicen: si es a niveles superiores, que no satisfaga a quienes saben que la política es para hacer dinero.
