M. Sánchez Vargas. Con las 34 mil becas que acaba de repartir a los tres niveles de educación, el Gobernador Silvano, va dando forma de cumplir la promesa y deseos de llegar a 300 mil becas que son de mil a $ 1,500.00; con la cantidad que lleva, completa 50 mil, esperando que cuando termine su mandato, deje establecidas en el presupuesto gubernamental, 300 mil becas.
Como rara es la promesa de una campaña electoral, que ya siendo gobierno se cumpla, es digno de reconocer que se está aventando en lo inverosímil que para todos era posible, de acuerdo al estado de miseria y lo que debe la entidad, que no había alguna imaginación de cumplimiento.
Hasta ahora no se ha sabido de dónde “mulas Pedro”, pero claro se ve, que la habilidad de Silvano está como las del PRI viejo, que sus representantes en alguno en los tres poderes, quién sabe cómo le hacían, pero cumplían, cuando menos no se conocían cortes de agua, amenazas por atraso en el pago de impuestos y los municipios, cumplían con sus obligaciones, aunque Gálvez Betancourt, fue el que logró que agregaran al pago de consumos particulares de energía eléctrica, un 6 % (ahora el 10 por ciento), sin saber si falta o sobra y en qué se los gastan los ayuntamientos.
Si hay astucia en el silvanismo, qué bueno que parte de esa capacidad, vaya a tareas que beneficien a los necesitados, que poco a poco va tapando la boca a los que por desconfianza a Aureoles Conejo, se daba en la oponencia.
El proyecto de lucirse en obras y ganar dinero que puse a la disposición de gobiernos, está a las órdenes de Zigala, el astuto que alimentaba de recursos a los gastos de lucha que dio al grupo de Silvano, para llevarlo a la primera magistratura del estado.
