MSV.- Empezando porque se confirmó la partícula de Dios, reconociéndose científicamente que el Bosé de Higgs es la exactitud de quien da forma y peso a la materia que es la omnipotencia de quien sabe para qué y el por qué de las cosas; desde el inicio y subatómico con que se iniciaron las pruebas de la concepción del universo, y confirmaron los dos mil trescientos físicos y matemáticos especializados que principian en el circuito subterráneo franco-suizo, con las explosiones de partes atómicas que no registran reacciones, hasta encontrar de los hadrones con la inclusión de los aedrones inventados para el decir de cómo y de donde el universo que Dios organiza los espíritus que destinan misiones particulares de estado, materia y vida.
En el curso del siglo de descubrimientos y de acuerdos a que se tienen que llegar, que para cuando menos alargarle la vida a este planeta antes de que se cubra de agua, las señales raras del ecuador terrenal de donde la mayor carga solar humecta nuestra atmósfera y sus vapores regresan a la tierra en gotas y lluvias, nos está diciendo que los aerosoles deben terminar y la humanidad a sus bosques debe regresar, desde luego siendo la mitad demográfica que por falta de concordatos y acuerdos civiles, debemos llegar.
Una, emulando a China para tener solamente un hijo por matrimonio; dos, que haya acuerdo Iglesia-Estado de aborto o límite de creación, y;
Tres: guerras para bajar a la mitad de habitantes que este mundo actualmente tiene.
Se debería incluir a todo lo anterior las políticas humanas del mundo, que viendo cómo estamos terminando, nadie se atreve a formar células comunistas, como las mismas en que Cristo practicó y que no promovió, después de comprobar que para su existencia, debe tener límite de integrantes, porque la tierra no se amplía, lo que aumenta es la humanidad.
La calidad de políticas gubernamentales que no resuelven, es porque no saben gobernar sustituyendo la parte espiritual y como estamos en la etapa de la propiedad, la seguridad pública que falla, el hombre se la asegura teniendo con qué comprarla. He aquí el dilema, de que la inteligencia existe, pero no deja de arrijolar la perfección que se busca; ya que cambia el castigo por reconocimientos de cúpulas que aplauden al que admitiendo porque roba, si lo hace discretamente y de mil maneras, se hace miembro del remolino de los consentimientos
… Y porque esta vida es tan corta, que el que no hace dinero a los cuarenta años, podría a los cincuenta años, ya a empezar a pedir caridad.