MSV.- Pese a que declara que lo utilizaron, sigue trabajando con Salubridad y ahora en lugar de coordinar solamente va a ser su voceador, quiere decir que va a cumplir una simple tarea.
Pese a sus dudas, ausencia por el accidente aéreo y que está entendiendo mejor que quien entra a la bola, siendo parte porque defiende sus bienes y servicios, tiene que seguir hacia adelante, ya que salirse, no es fácil, porque durante sus acciones por lógica que tiene mayores enteramientos por los cuales, se haga de un lado o de otro, tiene que trastocar intereses que están ligados en cadena con otros.
Ojalá y le vaya bien y tenga los “suficientes” para no corroerse, porque en esas posiciones se tienen que desempeñar acciones que muchas veces no agradan y las necesarias, le sugieren no llevarlas al cabo.
Si con lo que le produce su huerta y su profesión le da ya que la ejecuta doble, como ejecutivo de salubridad en Tepalcatepec y en su consultorio no lo limita a recetar, se esperaba que con algo de paz que esa zona tiene y que su producción ya la vende normalmente, tiene lo suficiente para vivir, si es que no ha sido picado de entrarle a los lujos y mejores comodidades, porque volver después de lo que ha declarado, por lógica que muchos resentimientos ha creado y si ha sido causa de que a esos intereses les ha complicado ganancias, podría surgir alguien quien quiera darle las gracias a su manera, como es la costumbre en eso.
Van a ver que si hay elecciones, el candidato para algo, el más popular, como para que ni siquiera gaste en los votos, resulte empezar a ser el doctor Mireles, parte de gobiernos. Si no lo buscaba con su decisión de defenderse y ayudar a que otros se defendieran, en eso va a terminar, porque siempre los que saben expresarse y explicar mejor, son por lo general los escogidos en los pueblos.
El casi cacique que fuera Abraham Mendoza que llegó a ser diputado local en el gobierno de Franco Rodríguez, y que fue eterno enlace político de mi partido el Revolucionario Institucional, sabía cómo Margarito Antúnez y Norberto Vega, agradar tanto el no como el sí, siempre con apapachos y risas.