En la madre comadre, cómo van a quedar esos médicos que recomiendan que hay que tomar mucha agua como parte de dietas y con el chisme de que hasta sabiendo disciplinarse mediante la orina de que siempre debe estar clara y que no huela, que eso solamente se logra echándole demasiada agua al estómago.
Si pues, ya se publicó que han muerto gente por edemas cerebrales que es lo que ocasiona tomar mucho agua, que la mujer británica que dejó escrito lo que estaba haciendo y que certificaron que su muerte fue a causa de la hipotremia por haber ingerido 4 litros de agua en un lapso de dos horas.
Tan sencillo comadre que es no llegar a las enfermedades y menos a la muerte por el exceso de agua, que el agua que se lleve al estómago, debe ser la que te pida la resequedad de tus labios, pero eso sí, que no digas que luego la tomas, sino tan luego como te la pida el contorno de tu boca, échale comadre, porque el cuerpo la toma de donde la encuentre en el universo de los órganos que tenemos los humanos.
Aquel tanto por ciento que se decía que era nuestra todo, era de un más del 90 por ciento, pero ahora, ya con estos casos, hay científicos que certifican que nuestra constitución material está compuesta entre un sesenta y setenta por ciento de agua.
No toda la gente, para que esto quede claro, debe tomar la cantidad de agua que se fija, sino que es, de acuerdo a su peso, a la edad y al ejercicio que haga.
¡Viva comadre! viva, lo anterior, difúndelo en el círculo que te mueves, porque hay gente que del garrafón de agua, dejan el ristre de vasos para volverlos a llenar y medio tomar su contenido, aunque no se tenga sed. La verdad es que no debes tomar pura agua o esa cantidad, sino líquidos en la presentación que sea, de preferencia que no contengan mucha azúcar, porque hay frutas demasiado dulces, como el mango y el plátano, pero qué quieres, es necesario echarle al estómago de todo pero con medida, de preferencia que hidrate.