Es impresionante observar que la universidad michoacana esta a punto de enfrentarse, otra vez a la falta de recursos en la parte final del año. Otra vez, como desde hace más de una década saldrá a rogar y pedir dinero extraordinario para poder cubrirle los sueldos a todo el personal y pagar a todos los proveedores su pago por servicios o bienes prestados. Otra vez como cada año, empezaran las marchas, los paros, los viajes a la ciudad de México para pedir dinero. Esto es pan con lo mismo.
Es impresionante que después de haber vivido una crisis que mantuvo a la institución casi a punto de la quiebra, se vuelva a dar de nuevo en los próximos meses. Parecería que la universidad o al menos sus directivos no aprendieron, y tendrán que volver a rogar por dinerito.
A la universidad se le pidió, que antes de volviera a pedir dinero extraordinario se pusiera a arreglar la cosas en casa, como lo es la reestructuración o modificación a su régimen de jubilaciones y pensiones, pero esta no se ha preocupado en nada por iniciar el trámite de estos requisitos. Resulta que donde se generan profesionales, no hay mentores que tengan la motivación para serlo.
Esta exigencia para poder acceder a estos recursos extraordinarios, resulta que a la universidad no le interesa o no le preocupa, por eso cuando llegue el término de pedir dinero no tendrá forma de exigir, si ellos mimos no han cumplido.
Además no ha hecho nada por generar un plan de austeridad que les permita tener acceso a fondos de ahorro, que en un momento dado les pueda ayudar a reducir el monto requerido.
Pero lo peor aún, es que ciertos directivos se están quejando de que les hayan puesto estos obstáculos para poder pedir dinero, sin que ellos mismos trabajen para mejorar la situación, pero sin esto volverán a aparecerse los problemas financieros.
