MSV.- Se entiende que los legisladores plurinominales le deben más al partido que los escoge, que a los de distrito que postula, en función que los primeros hagan o no trabajen por ser, lo logran, mientras que el que va a la guerra y hasta gastando de sus propios bolsillos, no todos triunfan. Lo que quiere decir que un pluri le debe más lealtad al partido que lo lleva al poder, que el que tiene que aplaudir, gritar, luchar, trampear, pelear y hasta mentársela para ganar.
En el caso de Uriel, la Selene y la Cristina Portillo su paradigma es de dar pena, andan como las pájaras de mi tierra, de rama en rama o como mejor se entienda, no importando el servicio, con tal de permanecer en la lid.
Ellos, apadrinados por el Partido del Trabajo y Alianza, quieren formar su propia bancada en el Congreso, ya que como de pronto todavía no se puede ser corchetes de Morena, se cobijan con los mismos que tarde o temprano estarán con López Obrador, que cuando menos entienden mejor que los 132 que lo han indiscretado de pagarles por destrozos de miles de millones de pesos, peor que los vandálicos cuyo disfraz no les delata tanto.
Al parecer la inconformidad es porque el actual Fidel Calderón no es el PRD, ni menos líder, sino un simple peón que le cumple tareas a su anterior jefe Leonel Godoy, que habla y grita, pero que en realidad, no cuenta con ningún respaldo popular, como para atrincherar su defensa en caso de que realmente le descubran de donde mulas Pedro.
Uriel, que no obstante siendo diputado federal que todavía no terminaba su período, prefirió ser pluri local para prolongar sus dietas; Selene, que es de las que mentando madres, como aquella ocasión de nos sean hijos de la chingada, déjenlos entrar, con tal de que en esa reunión de su partido, no se dijera de tribus, sino de pueblos y la Cristina Portillo que sus mejores acciones no han sido de inteligencia, sino de ser entrona, no importando los “utazos” que reciba, es la ralea que ahora muy dignos, ya no quieren a Fidel que siempre como “segundo”, les conllevó para tenerlos en paz, porque sabrá usted que de los señalados siempre registraron gastos muy superiores a los que legalmente obtenían.
Es cierto que la política cuesta y mucho, pero depende de la forma para que también quienes se unen no nadamás estén como las abuelitas frente a los nietos: dinero, siempre dinero.
Y no es porque los ignaros y ambiciosos sin capacidad pagan caro aplausos y cortejos, aunque a veces en los vértices de mandos medios y superiores, muchas pillos han llegado a meterle a los erarios libremente sus manos, desde luego con autorización en este caso, de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que por cierto la Chayo que ahora ya es priísta con magnífica posesión en el gobierno de Enrique Peña Nieto, tuvo que llevar de la mano a Lázaro Cárdenas Batel con Ahumada el argentino y cuerito de ella, para ver si también le tocaba algo con que juntar recursos para sus gastos electorales
