El primero de los cinco puntos fundamentales de la reforma energética que presentó este lunes el presidente Enrique Peña Nieto pretende rebasar, y por la izquierda, los planteamientos de izquierda parlamentaria, pues propone retomar, palabra por palabra, la redacción que dio el propio ex presidente Lázaro Cárdenas del Río al artículo 27 constitucional en materia de petróleo y gas.
De acuerdo con la información publicada en el portal de la Presidencia al mismo tiempo que el presidente daba su discurso, dicha redacción implica la legalización de contratos de utilidad compartida entre el gobierno de la república y particulares en materia de exploración y extracción, así como el otorgamiento de permisos a las empresas privadas para refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento.
Vale la pena destacar que de esos rubros la iniciativa privada ya opera el transporte por tierra a través de concesionarios, en tanto que en el transporte de ductos desde hace mucho que el negocio se ha abierto al capital privado.
Otro de los principios relevantes de la iniciativa de reforma tiene que ver con el régimen fiscal de la paraestatal, a fin de darle condiciones para garantizar competitividad y eficiencia operativas.
Además, la iniciativa presidencial da marcha atrás a la reestructuración que modificó el perfil empresarial de Petróleos Mexicanos al dividirlo en unidades corporativas independientes entre sí, y retorna al esquema antiguo del corporativo central.
De este modo, Pemex quedaría integrado con las dos antiguas divisiones de Exploración y Producción, por una parte, y Transformación Industrial, por la otra, destaca la iniciativa.
Adicionalmente, se mejoran las condiciones de transparencia y rendición de cuentas y se establece una política nacional de fomento a las compras de proveedores nacionales del sector de hidrocarburos.